¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
(Chapter forty four — where the wild things are)
(Temporada cuatro — episodio doce) Tw: menciones de desorden alimenticio.
HABÍAN PASADO seis semanas desde que Cassie y Mark habían estado solos en una habitación juntos. Se veían de pasada, trabajaban juntos e incluso iban a Joe's con Derek, pero nunca estaban solos. Cassie, tan atrofiada emocionalmente como estaba, ocultaba bien sus sentimientos.
Mark, por otro lado ... digamos que había estado un poco más irritable de lo habitual.
Mark amaba a Cassie. Le encantaba la forma en que iluminaba una habitación sin siquiera intentarlo, le encantaba la forma en que se sonrojaba locamente cuando estaba emocionada, y le encantaba la forma en que conectaba con los pacientes y los hacía sentir seguros. El la amaba.
Y si Cassie hubiera dejado de evitarlo a toda costa cada vez que él miraba en su dirección, él podría haberle dicho eso antes de perder la esperanza.
Pero, al final, Cassie seguía siendo Cassie; ella evitó expertamente lidiar con sus sentimientos, hasta que estallaron todos a la vez.
Si tan solo supiera lo pronto que sería.
◆━━━━━━━▣✦▣━━━━━━━━◆
CASSIE estaba esperando pacientemente en la bahía de ambulancias, ya con su bata y guantes de trauma, cuando el resto de los residentes salieron corriendo.
Después de notar que Cassie ya estaba allí, todos pusieron los ojos en blanco al mismo tiempo.
—Por supuesto que ya estás aquí—gimió Izzie.—¿Cuando duermes?
—No lo hago.—Cassie dijo inexpresivamente, dándole una mirada de desagrado. —Y no me hables.
Los residentes estaban en medio de un concurso quirúrgico; la persona con más puntos al final ganó. Ninguno de ellos sabía cuál era el premio, pero eso no les impidió intentar patearse el trasero unos a otros.
—¿Quién va ganando?—Meredith le preguntó a Alex, quien sostenía un portapapeles haciendo un seguimiento de los puntos.
—Yang y Cass están empatadas—dijo.
Las dos compartieron una sonrisa.—¿Sorprendido?—preguntaron al unísono.
Izzie se burló. —¿Qué? Déjame ver ... ¿Estoy veintiséis puntos por detrás? Eso no es posible. Cuenta de nuevo. ¿Qué hay de todas las cirugías?
—Solo obtienes tres puntos por mirar. Tienes que hacerlo—le informó Cristina.
—Sí, sí—se defendió la rubia. —No puedo hacer que me dejen hacer los procedimientos.
