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(Chapter twenty seven — staring at the sun)
(Temporada tres — episodio ocho)
ALEX, IZZIE, CASSIE, CRISTINA Y GEORGE estaban sentados en el vestuario. Los cinco estaban mirando el gráfico en las manos de George, y Cassie tenía un brazo reconfortante alrededor de sus hombros.
—Hoy es el día, gente,— sonrió Meredith al entrar en la habitación. —Hoy es el día en que la oscura y retorcida Meredith desaparece para siempre, y la brillante y brillante Meredith toma su lugar. Probablemente ya no querrás ser mi amigo, porque la pura intensidad de mi felicidad hará que te duelan los dientes. Está bien, porque la vida es buena. La vida es buena .
Cassie se aclaró la garganta. —Mer...
—Espera, ¿Qué está pasando? —preguntó, notando la vibra solemne.
—El papá de George fue admitido anoche— le informó Izzie.
—Oh, Dios mío, ¿está bien?
—Está bien— dijo George simplemente.
—Se desmayó, cayó al suelo y se fracturó la clavícula—finalizó Cassie.
—Su clavícula está bien—no estuvo de acuerdo George. —Callie dijo, eh, dijo que está bien.
—¿Son esos sus laboratorios de amperímetro?
—Se queja de un dolor abdominal severo— Cassie se mordió el labio pensativa.
Cristina asintió. —No tiene signos peritoneales, eso es bueno.
Bailey entró en la habitación y miró a su alrededor. —¿Alguien ha visto... —se interrumpió cuando vio el gráfico en las manos de George.
George se quedó helado.—Solo lo estaba mirando.
—¿No crees que leerlo es más importante que tú?
—Claro. Bien. Él va a estar bien.
—Estás libre hoy. Estarás distraído.
—No, no lo haré.
—Los miembros de la familia no tratan a los miembros de la familia. Libre.
—Esta mañana me voy a someter a una cirugía con el Dr. Burke— se animó Cristina.
—Por supuesto que si— Bailey puso los ojos en blanco. —Karev, Harper, están con Sloan. Grey, hoyo. Stevens, sombra de Karev.
Cassie hizo contacto visual con su residente, una mirada penetrante cruzó sus rasgos.— Dr. Bailey, ¿puedo hablar con usted?
—En un segundo—dijo, antes de mirar a la rubia. —Déjame recordarte de nuevo las reglas de tu libertad condicional.
—Creo que conoce las reglas, Dra. Bailey— se burló Alex.
