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(Chapter seventy four — with you I'm born again)
(Temporda siete — episodios uno y dos)
tw: desórdenes de ansiedad / ataques de pánico
—ABSOLUTAMENTE NO.
Mark era decisivo en sus palabras, los brazos cruzados sobre su pecho y los ojos se entrecerraron en ranuras. Nunca había estado tan seguro de nada en su vida tanto como lo era de esto, y nada, incluidos los amplios ojos de perchas de su prometida, podría hacer que cambie de opinión.
Cassie sabía esto, sin embargo, a ella no le importaba particularmente. Se suponía que las relaciones saludables se basaban en compromisos, y en sus ojos, este era uno de esos clásico.
—Si puedo dejarte colgar esa fea imagen de tu tío muerto, entonces puedes dejarme adoptar un hermano para Pumpkin.
(Ese fue un compromiso válido, ¿verdad?)
Las cajas de cartón y las pertenencias envueltas en burbujas ensuciaron el piso a su alrededor, un desorden desorganizado de todo lo que Cassie poseía que ocupaba toda la sala de estar y la mayoría del pasillo afuera. Como Cassie fue quien propuso, Mark se tomó la libertad de pedirle que se mudara con él. De acuerdo, no esperaba que implique más de un gato que se mudaba también.
No era que a Mark no le gustaran los gatos; por el contrario, en realidad. Por lo general, los amaba, porque eran de bajo mantenimiento y todos los que había encontrado parecía que le gustaban más de lo que era propietario original. No, Mark nunca tuvo problemas para estar cerca de los gatos, pero Pumpkin había dejado muy claro que tenía un problema para estar cerca de Mark.
Tal vez era una cosa de territorio, o tal vez Pumpkin era simplemente un imbécil, pero Mark no estaba seguro de poder manejar un hogar donde la mitad de los residentes encontraban placer en rascarse los brazos y orinar en su cama.
—Dije que no.
Se escuchó una fuerte burla en todo el edificio, y en realidad tuvo que fingir que no estaba un poco asustado.
—¿Dijiste que no?
—Está bien, en primer lugar, no es solo una foto, Cass. Estaba en el ejército— enfatizó Mark, ni siquiera seguro por qué se estaba molestando en participar en este debate, ya que definitivamente iba a perder. —No solo eso, sino que era un héroe. Dirigió una granada que mató a los soldados opuestos, o algo así. Y en segundo lugar, colgar una imagen en la pared no es lo mismo que conseguir otro gato, y sabes eso.
Cassie lo miró como si estuviera loco, ignorando por completo la última parte de su oración. —Oh, genial, exhibamos un criminal de guerra sobre la chimenea, porque eso es normal.
El ojo de Mark se sacudió, muy ligeramente.
Cassie le envió una sonrisa amarga.
—¿Pueden ustedes dos dejar de discutir como una vieja pareja casada?— Cristina gimió de la puerta, dejando caer otra de las cajas extremadamente pesadas de Cassie en el piso. —Entre esto y la planificación de la boda con Owen, creo que estoy obteniendo una migraña permanente.
