Capítulo 8: ¿Y si bailamos?

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La canción que se incluye es Con toda libertad de la película Valiente, les sugiero escucharla antes de leer o cuando vayan en esa parte para que puedan adentrarse más a la situación♥︎
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• Jean •

El sol brillaba en lo alto cuando llegamos a Dokanes. Esta vez el instructor Shadis nos había dejado volver más tarde de la hora usual, lo que nos daba tiempo para pasear por la ciudad y sus alrededores antes de llegar al mercado.

Junto a mí caminaban algunos de mis compañeros, charlando sobre algo de lo que no estaba prestando atención, mientras nos adentrábamos a las calles llenas de carretas y gente pasando de un lado a otro.

-¿Tú qué opinas, Jean? -me dijo Marco.

-¿Huh? -reaccioné, sin saber de que hablaban.

-Krista dice que hay una biblioteca cerca, en la que podemos echar un vistazo - explicó sonriendo.

-Oh, sí. Suena bien...

Mi mente seguía ocupada pensando en que hoy era de esos días en que coincidía con Rose en los puestos de la plaza. Me preguntaba si al no pasar por ahí todavía, perdería la oportunidad de verla.

-¿Que no lo ves, Marco? Está ocupado pensando en su chica especial -dijo Connie, haciendo una voz infantil, a la vez que juntaba sus manos y parpadeaba repetidamente.

-¡Ohh! ¿¡Eso es cierto!? -preguntó Sasha, volteando a verme con una sonrisa burlona.

-Yo... bueno... -tartamudeé- Suelo verla cuando venimos a Dokanes, así que sí, se me pasó por la cabeza; pero no es para que hagan un alboroto, tontos.

-Ajá. Lo que digas, Jean -respondió sarcásticamente el calvo.

-¡Chicos!, deberían dejarlo tranquilo -intervino Krista y se dirigió a mí- Estaremos en la biblioteca si quieres alcanzarnos, Jean. ¡Y saluda a tu amiga por mí!

La rubia tomó del brazo a Ymir y avanzó de prisa por la calle. El resto de los chicos la siguieron animados, dirigiéndome un par de miradas al pasar. Incluso Reiner mostró la sombra de una sonrisa mientras asentía hacia mí.

Decidí continuar por la calle principal y echar un vistazo, en caso de que Rose estuviera por ahí. Realmente no es como que fuera a ir a buscarla sin descansar, así que no sabía por qué los demás le daban tanta importancia a que quisiera verla. Como si pasar cada día con ellos no pudiera llegar a cansarme de vez en cuando.

Caminaba a paso lento, sin preocuparme de nada, mientras veía a mi alrededor. Los comerciantes estaban ocupados tras sus puestos; se veían algunos soldados sentados aquí y allá, bebiendo o conversando distraídos; y niños pasaban correteándose entre sí, sin prestar atención al camino.

Ya había pasado el punto del mercado en el que solía encontrarme con Rose, pero seguía sin haber rastro de ella. Intentaba distinguir si se hallaba en algún lugar entre las calles cercanas, cuando escuché su voz provenir de mi izquierda.

Uno de los niños había chocado contra ella y ahora le alcanzaba la cesta que se había caído al suelo. Rose le agradeció, pero antes de que terminara de hablar, el niño ya había vuelto a salir corriendo.

Me acerqué a ella saludándola con la cabeza. Me sonrió y comenzamos a hablar mientras avanzábamos en dirección al mercado, le comenté sobre el tiempo extra que tenía ese día, a lo que ella paró de caminar y me detuvo del brazo.

-¿Y qué quieres hacer en tu rato libre? -me preguntó.

-Esperaba que me sugirieras algo ¿Qué haces tú en tu tiempo libre?

Por favor, vuelve | Jean Kirschtein | TERMINADAWhere stories live. Discover now