Capítulo 24: Antes de partir

778 105 47
                                    


• Jean •

El aire se sentía frío mientras caminaba entre los árboles. Hoy nos habían dado la tarde libre de entrenamiento y deberes. Ya lo habían hecho en otras ocasiones y no era nada particularmente especial, pero algo en el hecho de que mañana fuera la expedición lo hacía sentir como un último deseo.

Durante estos días había tenido mucho tiempo para pensar en Rose. Hasta hace un mes estaba dispuesto a abandonar mi sueño de ir al interior si ella me lo pedía. Sin embargo, para cuando regresó las cosas habían cambiado completamente. En ese momento decirle ya no era una opción, pues mi decisión estaba tomada, y hacerlo ahora no serviría de nada... pero aun así quería saber lo que ella pensaba al respecto.

Quería saber qué tan ridículo sonaba al decir en voz alta esa idea de quedarse por una chica con la que no tenía nada. Aunque ya no era así, ahora teníamos algo. No sabría cómo llamarlo pero teníamos algo, ¿cierto? Es decir, aún éramos sólo un par de adolescentes que se gustaban, pero ya nos habíamos besado una vez, lo que... era simplemente patético.

¿¡Quién se pondría así por un beso!?... Bueno, en mi defensa, probablemente cualquiera que la besara a ella.

Con la cabeza aún revuelta, salí de entre el bosque por donde corté camino para llegar al área del prado en que solía ver a Rose, encontrándola sentada con la espalda apoyada en el tronco de un árbol y los ojos cerrados. En un momento supe que alcanzó a escuchar mis pasos porque se enderezó de golpe. Apenas me miró y en su rostro se dibujo una sonrisa.

Era una sonrisa hermosa, y yo la había causado. El sólo pensar en eso me hizo sonreír también, aunque seguro yo me veía como tonto. Luego de que nos saludáramos y me sentara junto a ella, decidí traer a la conversación lo que había estado pensando antes.

—¿Recuerdas... cuando dijiste que no podías creer que hubiera entrado a la Legión?

—Sí, ¿qué hay con eso?

—¿Qué es lo que pensabas que haría?

—Dices, ¿antes de que me lo dijeras? —asentí— Entrar a la Policía Militar —respondió con una sonrisa, como si fuera lo más obvio del mundo— Ya te lo había dicho, la Legión nunca se me pasó por la cabeza.

—Sí, pero... —empecé, dudando de que esto fuera una buena idea— ¿Alguna vez imaginaste otra posibilidad?

Subió la vista hacia mí, en silencio, con la boca entreabierta mientras pensaba. Pude ver cómo entendió a lo que me refería cuando sus ojos brillaron en reconocimiento de la división que faltaba por mencionar.

—¿Las Tropas de Guarnición?

—Sí, yo... pensé en quedarme. Olvidarme de la Policía Militar y entrar a la Guarnición, como... cerca de aquí.

—¿Por qué? —murmuró.

Una excelente pregunta, hubiera estado bien pensar en la respuesta con anticipación. La versión corta es que me había enamorado y quería que estuviéramos juntos; no obstante, elegí dar algunos rodeos.

—Bueno, imaginé que quizás me extrañarías mucho si me fuera —noté cómo subió las comisuras de su boca, sin poder ocultar su sonrisa— Y... quizás... yo a ti.

—Suena a algo que harías... ¿Y cuándo pensaste en eso?

—No hace mucho, fue cuando supe por qué te fuiste a Karanese.

—Ah, claro, cuando fuiste a gritarle a Mylo—dijo divertida— Un gran momento para considerar que querías pasar más tiempo conmigo, ¿eh?

—¡No pasó así! —me quejé, a lo que ella rió. Traté de no preocuparme por todo lo que el doctor pudo decirle a Rose de mí, y continué explicando atropelladamente mi punto— Es decir, s-sí, fue ese día, pero... después de que él me explicara yo tuve tiempo para reflexionar sobre varias cosas; porque, bueno, me enamoré de ti desde mucho antes, pero no...

Por favor, vuelve | Jean Kirschtein | TERMINADAWhere stories live. Discover now