Capítulo 11: El chico rubio

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• Rose •

Era temprano por la tarde y yo me encontraba en la parte trasera del hospital, en el espacio que compartía el personal para descansar, y que no permitía el paso a los pacientes. La lección de esta semana había terminado y ahora recogía mis cosas y el libro con el que estaba estudiando.

-Te será de mucha ayuda, ya verás.

-Gracias, Mylo -respondí.

Aún me sentía algo extraña de decirle así, con los pacientes me refería a él como el doctor Shirogane, pero me había insistido en que cuando hablara con él sólo lo llamara por su nombre de pila. La verdad resultaba más cómodo, considerando lo cercanos que nos habíamos vuelto con lo mucho que me ayudaba y las bromas que lo veía hacer a lo largo del día.

Había otro doctor en el hospital, pero era un hombre mayor que apenas se aparecía por aquí, así que básicamente el lugar era dirigido por Mylo y los enfermeros. Lo que me daba mayor libertad para atender pacientes aún cuando no era una enfermera oficial.

Ahora que pasaba la mayor parte de mi tiempo trabajando en el hospital, comenzaba a pensar en aquello que me llevó a querer convertirme en enfermera en primer lugar.

Fue hace unos 5 años, cuando tuvimos que traer a mi madre debido a una enfermedad que le provocaba mucho dolor y hacía que le costara respirar. Recuerdo esconderme tras la piernas de mi padre, asustada por lo que veía a mi alrededor. Los adultos corrían de un lado a otro para atender pacientes, había soldados heridos, ancianos enfermos y algunos mineros accidentados.

Estuve asustada y preocupada por mi madre todo el tiempo, hasta que escuché cómo una enfermera le hablaba dulcemente para tranquilizarla, se movía con rapidez y seguridad al examinarla y darle medicina, y luego se agachó hasta donde yo estaba para explicarme lo que pasaba, con una sonrisa amable. Quise ser como ella desde ese momento, era muy joven pero estaba lista para todo y ayudaba a muchas personas cada día. Yo esperaba poder hacer lo mismo pronto.

Una vez que cerré la puerta tras de mí y caminé hacia la parte delantera del hospital, vi al chico rubio y de ojos verdes entrar y dirigirse a una de las camas que había por la habitación. Tomé una de las tablas con hojas de registro y fui hasta él.

-Hola, Darius ¿Qué te pasó? -dije apuntando con la cabeza al trapo ensangretado con que cubría su brazo.

-Me corté con una barra de metal en el taller -respondió levantando la tela, dejando ver un corte profundo que iba desde su codo hasta la mitad de su antebrazo.

-Vas a necesitar que te suturen... -dije mientras me sentaba en el banco frente a la cama para limpiar su herida. Luego de eso tomé la hoja para escribir los datos de Darius y volteé hacia él- ¿Cuánto mides?

Lo pensó un momento antes de contestar en tono dudoso.

-1.70

-No eres tan alto -respondí con una sonrisa.

-Bien, 1.64 -corrigió, bajando la mirada, apenado.

-Perfecto -dije. Hice que se pesara y llené el resto de los datos para el registro- Vuelve a la cama, llamaré al doctor Shirogane.

Preparé los instrumentos y después Mylo suturó la herida del antebrazo de Darius. El rubio hizo gestos de dolor y soltó algunos quejidos por lo bajo, pero mantuvo el rostro firme hasta el final.

Por favor, vuelve | Jean Kirschtein | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora