7. El deseado exterior

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~7~


A la mañana siguiente, tras el desayuno Hermione se encaminó a la biblioteca. Tenía que devolver unos libros y recoger otros.

Esquivo algunos alumnos de primero que corrían con sus escobas hacia su primera práctica de Quidditch y trato de no pisar ninguna escoba mientras eran arrastradas por el piso.

Estaba por subir una escalera cuando lo vio, sentado ante un ventanal, mirando para afuera. Todos a su alrededor corrían, pero él no parecía notar a nadie.

Hermione soltó la baranda de la escalera y se acercó a Draco con paso lento.

— ¿Draco? — Le llamó cuando lo tuvo cerca y este dio un salto en su lugar.

La observó de arriba abajo y luego volvió a centrar su mirada en el ventanal. Cómo si no le importase su presencia.

Hermione aprovechó a analizar que aún llevaba la cicatriz de TRAIDOR en la mano, pero solo era una marca apenas visible, por lo menos al comparar con el número que lo identificaba. La muñequera mágica aún se adhería con fuerza en su muñeca, dejando duras marcas bajo esta. Se notaba la palidez de su rostro, parecía que llevaba mucho tiempo sin ver el sol. Estaba pálido, y la delgadez seguía estando, aunque al menos sus pómulos estaban menos marcados.

— ¿No tienes nada que hacer? — preguntó con rispidez el rubio, clavando en su profesora la mirada.

Hermione pareció recordar donde estaba y recuperó la compostura, enderezando su postura para mirarlo con altivez.

— Iba a ir a la biblioteca.... — Comenzó pero se detuvo al ver que él la observaba con su habitual mueca de aburrimiento, además no tenía por qué darle explicaciones. — ¿No vas a ir? — Hizo un gesto con la mano hacia fuera, decidiendo pasar a un tema que a él le interesaba, pero Draco ahogó una carcajada y se giró hacia la ventana.

Pasaron unos minutos, hasta que él se rindió y habló, mientras Hermione permaneció de pie, a unos pasos de distancia del escalón donde él estaba sentado.

— No puedo salir del colegio, y no puedo unirme a los equipos de quidditch, por protección. Para ellos, claramente — devolvió con desdén, pero su tono era triste.

Hermione lo contempló con la boca abierta.

— ¿No puedes salir de acá dentro? — Cuestionó con incredulidad, dándose cuenta en ese momento que sabía muy poco de la revisión de condena de Draco.

Él rubio la observó, con una mueca de repugnancia. Pero luego su mirada cambió a algo que Hermione no reconoció en él.

— No — respondió. Y volvió a centrar su atención en la ventana que lo separaba del mundo exterior.

Hermione abrió la boca para decir algo, pero antes de que pudiera decir cualquier cosa el rubio se levantó de golpe y se marchó. La muchacha contempló por dónde se había marchado, aún incrédula ante la situación. ¿Es que no podía salir en ningún momento del colegio? Pensó en seguirle, en averiguar a dónde iba, pero se contuvo. Respiró hondo y retomó su camino.

Pasó el resto de la tarde en la biblioteca. Preparo algunas clases y para la hora de la cena se refugió en su habitación. Estaba frío en el lugar, por lo que prendió la estufa y se dedicó a leer un libro que había recibido de regalo de Ginny. Pasó página tras página, pero de repente se percató pensando en Draco, y para su disgusto, no pudo prestar más atención a lo que estaba leyendo.

Habían pasado cinco años desde que lo había visto por última vez y bien podía decir que era muy diferente. Seguía manteniendo ese semblante de arrogancia e indiferencia, pero parecía distante... perdido.

Con un suspiro de resignación guardó las cosas y se encaminó a la cama. Ya era tarde y mañana tenía clase a primera hora. 



Uno corto para estar al día por acá también. Vamos conociendo poco a poco de la condicional de Draco. Estoy trabajando en esta historia, y espero tener más en breve! 

Nos estamos leyendo! 

editado: 23/08

Prisionero  #6390 {Dramione} TERMINADAWhere stories live. Discover now