36. Negación

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Negación


Cuando Hermione entró en el pasillo donde estaba la habitación de Draco supo que algo no andaba bien. El aire se respira teso en todo el pasillo; las enfermeras que iban y venían cumpliendo sus funciones susurraban unas a las otras. Los medimagos pasaban con pasos firmes pero nerviosos. Y frente a la puerta de la habitación de Draco había dos aurores uniformados, con sus varitas a punto, y mirando sin expresión hacia adelante.

— ¿Qué es esto? — Hermione preguntó en tono bajo, esperando que Harry, auxiliar de jefe de auror, supiera que estaba pasando.

— La investigación ya debe de haber comenzado — respondió el mago mientras apuraba el paso. Hermione hizo lo mismo, y en cuestión de segundos estaban ante las puertas que daban a la habitación donde se alojaban los enfermos.

Fue Harry quien abrió la puerta y le cedió el paso. Hermione entró con paso firme, pero la duda se leía con claridad en su expresión. Las camas, apiladas hacia derecha e izquierda, separadas por gruesas cortinas que pretendían dar un poco de intimidad sin lograrlo en absuelto dejaban ver y sentir a los enfermos que estaban ese día. Algunos de la noche anterior, otros nuevos, todos con caras preocupadas.

Era el sector de bajo costo de San Mungo, destinado a aquellos magos que no podían pagar habitaciones privadas como las superiores. Por lo que, varias camas estaban apiladas en una habitación considerablemente grande y cortinas separaban unos de otros. Draco Malfoy, quien un día había sabido disfrutar de pertenecer a una de las familias más ricas de la sociedad mágica, en ese momento ocupaba una cama de bajo costo.

Los pacientes los observaron entrar, pero la mirada de Hermione viajó por los presentes con rapidez hasta dar con el centro de las miradas de todos en el lugar. Una de las camas estaba flaqueda por aurores, y Neville parecía estar en plena discusión con uno de ellos.

— Esto es ridículo — dijo el mago, y al acercarse Hermione pudo ver a qué se refería — al menos quitenle las esposas. No va a ir a ningún lugar en su actual estado.

Draco estaba despierto. Era posible ver por su respiración, pero su vista estaba puesta en el techo, como si buscara ignorar deliberadamente todo a su alrededor. Hermione se acercó, seguida de cerca por Harry.

— ¿Qué está sucediendo? — ella quiso saber, así que vio a los aurores, pero más precisamente a las esposas que ataban el rubio a la cama. Este reaccionó a su voz, dejando de mirar al techo para buscar su mirada. Sus ojos estaban angustiados, el gris de su iris parecía más oscuro de lo normal, reflejando sus nervios.

— La investigación comenzó — Neville habló, confirmando las sospechas de Harry — Pero eso es completamente innecesario — el mago apuntó a las esposas.

Hermione siguió sus gestos por inercia, saltando a las esposas que apretaban la piel del rubio y lo mantenían firme en la cama. Estaba cubierto con la manta fina del lugar, pero a pesar de verse tranquilo y desinteresado, ella sabía que no debía ser nada de eso lo que sentía.

— Eso es perjudicial para su salud — la bruja expuso, miró a la sanadora que permaneció en el lugar, y la mujer expresó en su rostro un claro dilema moral. — Por eso fueron dejadas de usar, tienen que quitarle las. ¡Ahora!

— No podemos estar seguros de que no intentara escapar, — repuso uno de los guardias, ganándose una mirada de odio por parte de Neville — es un preso de Azkaban. — argumento, con cierto reproche en su tono.

— Que está cumpliendo con el proyecto de liberación temprana — ella espetó, su mal humor haciendo cala dentro de su pecho. Su ira se dirigió a ese mago en específico, pero sabía que ese pobre no era el único responsable y que solo cumplía órdenes.

Prisionero  #6390 {Dramione} TERMINADAजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें