17. Fin de semana

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~17~

Fin de semana


Draco se removió en su lugar. Estaban ambos sentados en la mesada de la cocina, uno frente al otro. Hermione había preparado algo rápido para comer y ahora cada uno tenía un plato frente a sí. Draco estaba entretenido con su comida, mientras la mente de Hermione iba a mil. Él no parecía muy disgustado o confuso por lo que había pasado, pero ella estaba como mínimo confundida.

Luego de bañarse Hermione le había mostrado las ropas que le había comprado, y él había observado por unos largos segundos las prendas entre sus manos, aún envuelto en la toalla. Las marcas en su cuerpo estaban a la vista pero él no parecía muy preocupado por ellas o por lo que Hermione pudiera pensar.

En un principio se había negado, pero luego accedió a usarlas, sin mucha dificultad, lo que de por sí sorprendió a Hermione.

— ¿Cómo está tu mano? — preguntó la bruja regresando a la realidad y tratando de distraer su mente. Para su sorpresa él también pareció salir de sus pensamientos y levantó el rostro confundido hasta que comprendió sus palabras.

— Bien. — devolvió sin ofrecer muchos detalles, pero Hermione pudo ver como removía la mano que descansaba en su regazo.

— ¿Puedo ver? — preguntó ella, y él dudó, pero terminó por asentir con la cabeza y levantar el brazo para apoyarlo en la mesa. Cincho la manga para dejar al descubierto la esposa mágica.

Tal como Hermione lo veía, ya no estaba tan ajustada, pero aún se notaba la piel hinchada y colorada por debajo.

— ¿Cómo funciona? — quiso saber sin poder luchar más con la curiosidad.

Draco dejó el cubierto sobre la mesa e hizo a un lado el plato vacío.

— Me la pusieron cuando me condenaron a Azkaban — explicó, tocando el material con aire distraído. — Tiene unos pequeños dientes que se ajustan en la piel. Si salgo de los límites o si intento usar magia dispara pequeñas descargas eléctricas. No es muy fuerte, solo si rompo las reglas por mucho tiempo. En ocasiones también me ponen en está — levanto su otra mano y la dejo al lado de la otra, corriendo también la tela del buzo para revelar su muñeca, y Hermione vio algo que no había visto antes, pequeñas heridas en donde deberían entre los dientes, como él los había llamado. — y al juntaras se... — juntó sus manos, una con la otra, pegadas desde las muñecas, simulando lo que sucedía. — es como un imán. No puedo aflojarlo. — concluyó y bajó el rostro para mirar como unos de sus dedos jugaba con el dobladillo del buzo.

— ¿Eso es incluso legal? — preguntó la bruja con aire distraído, para nadie en particular. Pero estaba casi segura de haber leído que esas prácticas habían sido prohibidas.

Draco escuchó su pregunta y elevó los hombros.

— Parece bastante legal para mí — comentó, con un tono de ironía.

— ¿Todos los procesos las tienen? — cuestionó, con curiosidad.

— No todos. Los que entraron luego de la guerra. — informó, dejándose llevar por su memoria. — los que están hace mas años no tiene nada.

Ella asintió en silencio. Analizando la situación en su mente. A decir verdad no recordaba que saliera algo de esas nuevas prácticas de contención en los medios mágicos. Debería preguntarle a Harry, o hablar con alguien que estuviera más por dentro del asunto. Ya se imaginaba quién podía ser. Tenía que averiguar más detalles. Solo con toda la información posible podría saber como ayudarlo.

Prisionero  #6390 {Dramione} TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora