41. Estaba muriendo

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~41~

Estaba muriendo

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Draco se acomodó la ropa de nuevo sobre el cuerpo. Estaba gratamente feliz de estar arropado de nuevo. Si bien aún no había dejado de temblar, al menos ya no sentía el miedo de antes. Todos se habían marchado, excepto ella. Y pese a estar feliz con eso, Draco aun no se había atrevido a mirarla a los ojos.

Sus dedos estaban jugando distraídamente con su remera, tratando, en vano, de calmarse. Podía sentir el perfume de su piel y deseaba tanto alargar la mano y tocarla. Había tanto que quería decirle, de los últimos días, de las clases de pintura, de su vida en el centro, pero no se atrevía a abrir la boca.

— Fuiste muy valiente — ella murmuró por lo bajo, y Draco puede ver como ella parecía estar enfrentando el mismo desafío que él.

— No podía seguir viviendo con eso — él confesó en el mismo tono, su mirada aun puesta en la mesa — además, Lucius merece un tratamiento adecuado.

Neville le había asegurado, más de una vez, que Lucius sería sacado de Azkaban, No había dudas de que estaba enfermo y su lugar ciertamente no era la cárcel, nadie podía ignorar esa evidencia. Darco estaba satisfecho con ese resultado, pero no podía negar que la idea de regresar a enfrentar el mudo fuera de ese centro lo asustaba. No estaba pronto, pero podía ver el entusiasmo de Hermione ante esa posibilidad y no quería ser él quien la desilusionara de nuevo.

— Va a recibir el tratamiento adecuado— ella ofreció. — y tú saldrás de aquí. Podrás terminar tus estudios y serás libre — comentó con altivez, con emoción, una que él no compartía.

Estaba aterrado de enfrentarse al mundo fuera de esas paredes. No estaba seguro de poder hacerlo por su cuenta. Pero asintió con la cabeza para demostrar concordancia.

— ¿Te quitaron el puesto? — Preguntó para cambiar de tema y porque eso era algo que lo había estado molestando. No podía aceptar la idea que ella hubiera perdido su trabajo por el vínculo que habían tenido.

La emoción de Hermione decayó significativamente, pero ella la ocultó bien.

— Eso no importa — comento, y Draco podía ver cómo se esforzaba en que fuera verdad. Hermione siempre había sido una persona de acciones y de actividades. Estar ante la perspectiva de ser expulsada de algo no podía estar pasándolo bien — En realidad, fui a buscar mis cosas, y... — ella rebuscó en su bolso y extrajo algo de este.

Draco vio como Hermione deslizó sobre la mesa su libreta de dibujos y rápidamente extendió la mano para agarrarla. Había extrañado tanto eso. Accidentalmente sus dedos rozaron con los de ella, y él levantó la mirada para encontrarse con los ojos avellaneda que lo miraban fijamente. De repente, era como si hubieran retrocedido en el tiempo.

Draco retiró su mano, retraído y un poco fuera de lugar.

— ¿La abriste? — preguntó buscando llenar el silencio pero también preocupado con la respuesta.

— No — La bruja negó con la cabeza al tiempo que hablaba — No invadirá tu espacio.

Él asintió, sintiendo el alivio momentáneo recorrer su columna vertebral. Por un momento había sentido el frío del miedo. Draco acarició el material frío de su libreta y la aproximó más a sí, a modo de resguardarla. Hermione contempló el gesto pero no dijo nada. Por unos segundos ella dejó caer la armadura de fortaleza detrás de la que solía esconderse en esos últimos días, como si quisiera privarlo de ver todo el dolor que toda esa situación le había generado. Pero, por más que lo hiciera, Draco había aprendido a leerla bien, y sabía que ella no estaba bien. Se odio un poco más por eso: había logrado quitarle todo a la persona que le había tendido una mano amiga.

Prisionero  #6390 {Dramione} TERMINADAWhere stories live. Discover now