30. Completamente ilegal

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~30~


Hermione se despertó de golpe con un sonoro sonido. Abrió los ojos pero no se movió, dándose cuenta que no estaba más arriba de Draco. Se movió unos milímetros para ver que él se había dado vuelta y dormía arrollado a un lado.

Ella se puso en pie, agarró una manta y lo cubrió, tratando de hacer el menor ruido posible se vistió, y dio un saltó en su lugar al escuchar otro golpe proveniente, no tenía dudas, de la cocina. Hizo un hechizo silenciador en su habitación antes de salir acomodándose la ropa y tratando de aplacar su cabello aún más rebelde de lo habitual.

Para su entera sorpresa, Ginny estaba en su cocina, preparando café que humeaba y le concedía a todo el lugar un sabroso olor a café recién pasado.

— ¡Hermione! — soltó la bruja cuando la vio, pareciendo para nada sorpresa de verla, aunque Hermione si estaba de ver a su amiga en su cocina sumamente cómoda. — pensé que estarías en clase y estaba preparando café para cuando regresaras. Espero que no te importe.

— No — devolvió, mientras adentraba en la sala. En realidad no le molestaba, pero eso no quería decir que la visita inesperada no la había tomado por sorpresa. La bruja se tomó un tiempo para agradecer el hecho de haber ido al cuarto a seguir sus aventuras con Draco y no haberlo hecho en el living. Discretamente miró al sofá, pero no vio, a simple vista, nada que la delatara.

Cuando volteó el rostro vio que Ginny la estaba mirando de modo muy analítico, con la cabeza levemente ladeada, la cafetera suspendida en el aire, y una ceja ligeramente arqueada más que la otra.

— ¿Cómo está Harry? — preguntó, sonando realmente mucho más desesperada que curiosa.

— Estas teniendo sexo — soltó Ginny con una tranquilidad digna de ella, para luego añadir con más eufórica —¡Estás teniendo sexo!

— ¡No! — Hermione tuvo el descaro de negar, cuando sabía que eso debería estar evidente en todo su ser.

— ¿No? — cuestionó la otra con claro escepticismo.

— Quizá. — dijo con nada de firmeza.

— ¿Quizá? — repitió Ginny sin creerle en absoluto.

— Si — Hermione suspiró ruidosamente.

— ¡Si! — chilló Ginny olvidándose por completo del café y cinchando a Hermione rumbo al sofá — ¿con quién y dónde?

Ciertamente era más fácil decir dónde y no con quién.

— Acá... — soltó lentamente, mirando el baño, y luego la mesa, y luego el sofá.

Ginny siguió su mirada mientras una mueca de algo similar a incredulidad se iba formando en su rostro. Hasta que por fin miró el sofá donde estaba sentada con los ojos abiertos como plato.

— ¡¿Aca?! — chilló poniéndose en pie de un saltó.

Hermione solo asintió con la cabeza, con la vana esperanza de que el coloron que estaba sintiendo en su cara solo fuera una ilusión.

— ¡Por Merlín sagrado! — espetó la bruja mientras volvía a la mesa y retoma su tarea con el café — necesito algo para esto... ¡Eso es genial! Realmente pensé que después de mí hermano... no sé, no que fueras a ser monja,... pero estabas tan abatida la última vez y Dios, Ron fue tan estúpido por perderte de ese modo, realmente se merece que estés haciendo sexo en dónde sea.

— No lo hago por Ron — Hermione sintió la necesidad de agregar. — O para superarlo o cualquier cosa que se te esté ocurriendo.

— Lo sé, lo sé — dijo la otra mientras apuraba su taza de café — y eso es mucho mejor. ¿Sabías que terminó con la japonesa? ¿o era china? No importa — Ginny nunca la dejo hablar — terminaron. Lo que es genial porque él ahora está en casa y yo no. Mamá lo tiene loco. Hasta pidió ir a pasar unos días en casa, pero Harry le dijo que no, obviamente. Lo mató si le decía que sí. — continúo con euforia mientras se servía más café. — de todos modos, no importa. ¿Quién es?

Prisionero  #6390 {Dramione} TERMINADAWhere stories live. Discover now