44.El arte es para consolar aquellos que están rotos por la vida

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"El arte es para consolar aquellos que están rotos por la vida"

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Los días en el centro transcurrieron con absurda lentitud. Desde que había dejado de ser un preso y había pasado a ser un paciente Draco tenía otros beneficios: como el paseo de patio, las comidas en el comedor, la puerta de su habitación sin tranca, pero nada de eso lo entusiasmaba como lo hacía las horas que podía pasar entregado a las pinturas. Había desarrollado un fanatismo desesperante por pintar. Bruno le había dicho que estaba volcando en su arte todo lo que no podía transmitir con palabras. Al principio a Draco le había parecido un absurdo, pero a medida que cuadros tras cuadros iban acumulándose en la sala tuvo que aceptar que quizá el medimago estaba en lo cierto.

Pero en realidad no quería hablar. Sus sesiones habían retrocedido abundantemente. Ahora no solo el pasado era un tema tabú, sino también el presente y el futuro. No podía pensar en el pasado por ser muy doloroso, al igual que su presente. Y el futuro se le antojaba oscuro y solitario. No es que pudiera quejarse de eso cuando había sido él mismo quien había ahuyentado a la única persona interesado en sacarlo de ese lugar.

Pero no quería irse, y ciertamente no podía retenerla a su lado sin tener la mínima perspectiva de futuro. No sabía cuánto tiempo iba a estar ahí. No sabía si en realidad saldría algún día, y lo peor era que eso no lo asustaba. Había desarrollado una familiaridad con el lugar que, según Bruno, estaba mal. El centro debía ayudarlo a querer salir, no a enterrarse en él. Pero por el momento, Draco quería enterrarse en sus pinturas, dando pinceladas tras pinceladas, colores tras colores, desapareciendo de cuerpo y alma. Era liberador al mismo tiempo que una cárcel.

— No puedes seguir así — Bruno entró por la puerta de la habitación del artista. Se sentó en una silla, cerca del lugar en el suelo que Draco había elegido para pasar el día.

— Dijiste que el arte era bueno, algo de que el arte nos devuelve la vida — Draco respondió, sin quitar ojo de lo que estaba haciendo. Se había decidido por un cielo claro y un desierto profundo. Parecía bastante adecuado. El calor que puede ser renovador y bienvenido pero que también puede destruirte.

— "El arte es para consolar aquellos que están rotos por la vida" — Bruno citó, humildad a parte — es de Van Gogh, pero estoy seguro que él no hablaba de morir en el arte, sino de vivir a través de está.

— No estoy muriendo — Draco retrucó, aun sin prestarle atención al hombre.

— El arte, tu arte, debería devolverte la vida, no quitártela — el otro aventuro, y por fin logró que el rubio, suspirando, largará el pincel y lo mirara.

— ¿Qué es lo que quieres? — preguntó el rubio de mala gana.

— Teníamos una sesión, y estas veinte minutos atrasado — el medimago comentó, mirando su reloj de pulsera.

— Estás acá, entonces... — Draco se movió para sentarse en la silla vacía, frente al hombre. El lugar estaba vacío, entonces bien podrían usarlo.

— Esto no función así — Bruno comentó, con un suspiro cansado.

— No hay nadie — Draco miró a su alrededor, como para destacar su punto.

— Esto... — Bruno hizo una demanda al cuadro, a la ropa manchada del rubio, a sus dedos pintados — esto no funciona así, Draco. Estableceremos reglas.

Prisionero  #6390 {Dramione} TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora