20. Libre

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~20~

Libre


Hermione se dejó caer a su lado en el suelo, e intentó colocar una mano sobre su hombro tembloroso para calmarlo, pero Draco se deshizo de su toque sin cuidado. Sus ojos la fulminaron con la mirada, mientras parecía al mismo tiempo luchar por respirar.

— Draco, no es nada de eso. — trato de explicar, pero el rubio no parecía escucharla en absoluto.

— L-lo llamaste...— dijo con voz entrecortada y trémula. — lo llamaste y le dijiste que estaba acá y ahora viene a buscarme, dijiste que me vas a devolver... — escupió la palabra con tanto asco que la bruja se alejó unos centímetros sintiendo como si le hubiera dado un empujón en el pecho.

— No es nada de eso — volvió a intentar, pero antes de que pudiera ir muy lejos él se puso en pie de golpe y se alejó con dos grandes zancadas.

— ¡Es así! — gritó moviendo las manos de modo frenético por el lugar, su pecho subiendo y bajando de una forma para nada normal. Miró a su alrededor y dio algunos torpes pasos hasta chocar contra otra pared y deslizarse hasta el suelo — No puedo ir... no puedo regresar todavía, no todavía, ellos dijeron... ellos dijeron...

Hermione se acercó sin dejarse intimidar, se volvió a agachar a su lado, y con cautela busco sus manos. Con delicadeza las agarró, tratando de frenar su lucha, pero de todos modos su mente parecía estar lejos en ese momento.

— Draco, solo estaba hablando con Harry de mí estadía aquí, en el colegio... No le mencione que tu estabas aquí, o de lo que tenemos.. — eso lo hizo alzar la mirada

—le-le dijiste de mí — no fue una pregunta, pero tampoco una afirmación, su voz seguía trémula pero al menos no había quitado sus manos de entre las de ella.

— No, no lo hice. — afirmó ella con la esperanza de que ser directa ayudará a que él la entendiera. — ¿por qué lo haría? si alguien se entera de esto — hizo una torpe señal para los dos — yo también estaría en problemas.

Él pareció comprender sus palabras y evaluarla por lo que parecieron largos minutos.

— ¿No vienen los aurores? — cuestionó, el miedo sintiéndose en su tono y en sus ojos grises alarmados.

Hermione negó con la cabeza.

— No viene nadie. — devolvió con una pequeña sonrisa. — Era solo Harry y Ginny en la chimenea. No les hable de nosotros. O de ti. — repitió, sabiendo que no estaba de más hacerlo en ese caso. Draco iba relajándose contra la pared, mientras ella hacía suaves caricias con sus pulgares en sus manos. — ¿te apetece desayunar? — preguntó.

Él hizo una mueca, pero asintió con la cabeza.

— Bien. Quizá... ¿chocolate caliente? — sugirió mientras lo ayudaba a ponerse en pie.

Draco no dijo nada, pero asintió con la cabeza más una vez y la siguió a la cocina. Una vez en la habitación miró la chimenea como si representara una nueva amenaza para él.

— No te preocupes. Siempre está bloqueada para recibir visitas, al menos sin avisar. En ocasiones la desbloqueo, cuando se de antemano que alguien se va a comunicar. Harry y Ginny suelen llamar todos los domingos en las mañanas. — explicó, deseosa de tranquilizarlo.

Eso pareció relajarlo, pero pasó a estar más callado de lo habitual. Respondía las preguntas pero muy rara vez comenzaba alguna. Parecía distante, como si su mente no estuviera presente. Desayunaron juntos y luego él se bañó mientras Hermione se dedicaba a terminar de corregir las tareas. Cuando salió del baño se reclinó en el sofá que estaba a espalda de Hermione y reanudó la lectura. En un momento la bruja estiró sus articulaciones tensas por estar tanto tiempo en la misma posición y se volteó para preguntarle si quería comer algo especial, pero lo encontró profundamente dormido. Su pecho subía y bajaba rítmicamente y su semblante no estaba arrugado.

Prisionero  #6390 {Dramione} TERMINADAWhere stories live. Discover now