Prisionero #6390 {Dramione} TERMINADA

47. Explosión

~47~

Explosión

.

.

Los días en el centro se hicieron lentos; Draco concurría a su tareas asignadas, pero se había volcado más al arte, a crear de forma libre e incontrolada, sin esperar algo de la obra en concreto, sino la liberadora sensación de sacarse un peso de encima.

Los atardeceres iban y venían, las mañanas pasaban como mares, suaves a veces, rápidas en ocasiones. Las sesiones con Bruno continuaron, y él continuó descubriéndose a sí mismo y a su relación con sus padres y con el mundo. Descubrió que, así como muchas verdades no habían sido suyas, tampoco lo eran ideas y pensamientos, pero descubrió que el dolor podía ser más profundo de lo que podría manejar, y eso lo llevó a pozos oscuros y depresivos. Contó con la ayuda de desconocidos, de auxiliares, de medimagos, y en ocasiones de Neville que se presentaba para ver como estaba. Las visitas de Neville eran poco frecuentes, sin un orden específico, y Draco nunca sabía cuándo debería esperarlo. No es como si lo hiciera, o como si los días tuvieran sentido.

Descubrió que el duelo por quienes amamos es largo, y produce un dolor físico tan real que en momentos deseaba ser golpeado por algo, para eclipsar un poco del otro dolor: su madre seguía viva en su memoria, pero eso no era suficiente.

Otro tipo de dolor era perder a alguien que no estaba muerto, pero que de algún modo había dejado de estar. Lucius era una imagen, una figura paterna ausente, un dolor que lo perseguirá para siempre. Un día lo visitó, Bruno autorizó el contacto, que debía ser dado bajo supervisión de los medimagos a cargo. En ley, Lucius no debería recibir visitas, pero de algún modo el terapeuta sabía que eso le haría bien a su paciente.

Draco arregló el cuello de su camisa frente al espejo. Estaba prolijo y arreglado: No como había sido antes, ciertamente jamás sería como había sido antes, con esa elegancia y esos trajes caros; estaba prolijo dentro de las medidas de sus alcances. Estaba bien vestido con una camisa gris y un pantalon negro. La ropa iba comenzando a caerle mejor desde que había comenzado a engordar. Había más grasa en su cuerpo, y menos hueso visible. El medimago que lo controlaba cada semana le había dicho que había demostrado un progreso a pesar de este ser lento.

Draco siguió a la auxiliar fuera, y esta lo guió por el resto del camino. Entraron en unos pasillos que nunca habían estado antes, lo que solo dejaba al descubierto el cuidado que todos parecían tener con Lucius. No era un enfermo preso como él había sido, era un preso que precisaba cuidados especiales, y eso rezaba el cartel de entrada al área.

Draco lo leyó con atención mientras pasaban bajo el marco del lugar.

"Enfermos especiales" parecía bastante deprimente para su padre, un destino diferente al que el patriarca había imaginado para sí, pero también era diferente al que Draco podría haber imaginado. De algún modo le conformaba saber que era mejor que otras posibilidades.

— ¿Crees que me reconozca? — le preguntó a Vanessa, la auxiliar que siempre lo acompañaba. Ella no se detuvo en su andar. Tenían un horario programado.

— Lucius apenas reconoce a los que lo cuidan todos los días. Para él son alguien de su pasado o de un futuro inventado.

— Entonces no se mejoró —Draco concluyó, con cierta tristeza y rabia apenas contenida. Habría imaginado que para ese entonces su padre estaría mejor.

— No es así como funciona — ella comentó, ciertamente notando el tinte de su tono — el medimago a cargo te lo explicara todo.

Estuvo tentado a marcharse. No quería que nadie le explicara nada, principalmente como estaban haciendo las cosa que no resultaba en la mejora de su padre. Pero no dijo nada, y sus pies siguieron caminando y eliminando distancia con una realidad inevitable. Había rehusado ese momento durante tanto tiempo, deseándolo pero sin atreverse a decírselo por miedo a que se lo concedieran, pero lo cierto era que necesitaba ver como Lucius para poder seguir avanzando. Sentía una culpa arraigada en él por haber abandonado a Lucius y sospechaba que era por eso que Bruno había facilitado el encuentro.