11. Jugando con hielo

948 103 15
                                    

~11~
Jugando con hielo


Cuando él despertó, Hermione estaba bastante lejos, sentada en su sofá blanco mirándolo con detenimiento, pero marcando la distancia.

Draco se incorporó más que rápido, sentándose en el sofá produciendo que todas las colchas que había sobre él cayeran en cascada.

Le había llevado unas cinco mantas, un par de pociones fortalecedoras y un hechizo de calentamiento volver a hacer que el cuerpo del mago entrara en calor.

— Eres libre de irte cuando consideres apropiado. Pero deberías comer algo si no quieres desvanecer en cualquier parte la próxima vez. — aconsejo ella, desde su lugar. Había aprendido que la distancia era prudencial con el rubio.

— No necesito nada de ti, sangre sucia — escupió con asco, pero Hermione pudo ver cómo pasaba su vista alrededor, hasta detenerse en lo que buscaba.

— Está abierta la puerta, te puedes ir cuando quieras. — devolvió ella sin necesitar una aclaración. — pero ser cobarde no es para nada una característica de los Slytherin. — espetó poniéndose en pie.

No se le pasó por alto como Draco se alejaba un poco en su lugar.

— No sabes nada de mí — devolvió sin mirarla, mientras ella se alejaba. Había decidido que lo mejor sería dejarlo solo, sin presiones.

— Tienes razón. — aventuró, volteándose para encontrar con que él tenía la mirada clavada en ella. Su mirada era intensa, pero no del mismo modo que lo había sido antes, ahora parecía enojado. Y unos mechones de pelo rubio caían sobre sus ojos. — no sé nada de ti, o por lo que pasaste. Pero si se del chico que me molestaba en clase, que no huía...

— No soy más aquel niño. — sentenció él, y el dolor era casi palpable en su voz.

Hermione no se dejó avalar por eso, por lo contrario, se detuvo a analizarlo, mirándolo de arriba a abajo. Era verdad que se veía y actuaba diferente. Pero no creía en que hubiera cambiado radicalmente.

—¿No lo eres? — cuestionó, pero no sé quedó a escuchar la respuesta. — Puedes comer si lo deseas, y dormir acá. También puedes huir, la puerta está abierta.

Dicho eso, se metió en su habitación y cerró la puerta a su espalda. Mentiría si dijera que no deseaba quedarse con él y asegurarse de que comiera todo y de que se cubriera con las mantas. Pero nada de eso era su decisión, ya había hecho más de lo que debía por un Malfoy.

***

Cuando Hermione se levantó a la mañana siguiente, él no estaba, pero tampoco la comida. Reposaba sobre la mesa la olla vacía. Eso era una buena señal.

Hermione desayuno algo rápido y juntó sus cosas. Tenía clase está mañana y no estaba entre sus planes llegar tarde.

Camino por los largos pasillos, bajo un par de escaleras hasta que por fin llegó al aula. Dejo los pergaminos sobre la mesa y arreglo las notas para el día mientras aún tenía tiempo hasta la entrada.

No fue hasta casi quince minutos después que el salón comenzó a llenarse. Los Slytherin y los Gryffindor entraban bulliciosos, hasta que, curiosa, Hermione levantó el rostro. Justo a tiempo para ver a una rubia cabellera entrar al salón.

— Miren quien ha dado cara, seguramente siquiera en Azkaban lo quieren — espetó un alumno que Hermione identificó claramente como Connor.

Después de todo su charla si había tenido efecto en Draco, y eso de cierto modo la dejaba feliz. Tenía que hablar con Minerva, asegurarse que el caso no fuera llevado al Ministerio. 

Prisionero  #6390 {Dramione} TERMINADAWhere stories live. Discover now