26. Dolor

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~26~

Dolor


Hermione se deslizó por los pasillos del colegio, molesta. Las clases habían sido un verdadero fastidio la semana pasada. Los alumnos estaban con las pilas recargadas de sus vacaciones, y se habían empeñado en hacer de su clase un verdadero caos que le costó toda su concentración y determinación lograr controlar.

Pero en el fondo sabía que su mal humor no tenía nada que ver con el hecho de que los alumnos estaban más insoportables que nunca, sino con los recientes acontecimientos, o la falta de estos.

Para comenzar la semana en la madriguera había sido, cómo mínimo, estresante, hasta el punto de que se tuvo que marchar antes

Harry había regresado de su luna de miel con Ginny, y por más que estaba enormemente feliz por sus amigos, no podía dejar de detestar que todos le preguntasen cuando ella se iba a casar, luego de intercambiar unas palabras con la feliz pareja. Para colmo, Ron se había aparecido con su nueva novia, asiática, de Corea, o de Japón... El punto era que la joven era simplemente hermosa, y descerebrada. No le sorprendía para nada. Pero eso solo daba pie a más preguntas de cuando ella se iba a casar, o a encontrar el amor de su vida. Y mientras trataba de ignorar con clase las molestas preguntas, realmente sentía ganas de golpear a todos con su libro de historia mágica.

Por eso, se había ido tres días antes, para pasar el resto de la semana en su cómodo y silencioso apartamento en el centro de Londres muggle. Había sido relajante, y estimulante. Estaba ansiosa por regresar, retomar las clases, encontrarse con sus alumnos... pero él no apareció. Siquiera la busco fuera de clase.

Draco no se había mostrado en sus clases, no se había mostrado para almorzar, y no aparecía en su habitación. La puerta permanecía abierta toda la noche, y el sofá intacto, así cómo la comida.

Cada día su emoción disminuía, y comenzaba a afectar su rendimiento. Estaba enojada pero principalmente decepcionada con la ausencia de Draco. Podía entender si él quería alejarse, podía tratar de hacerlo por mas difícil que lo fuera, pero no podía entender que se alejara sin una respuesta, sin un par de palabras o al menos sin intentar darle alguna excusa. Lo había buscado en el colegio, pero estaba claro que él conocía ese lugar mejor que nadie. Había considerado ir a hablar con Minerva sobre la ausencia de su alumno, pero no se atrevió, teniendo en cuenta lo desesperada y empeñada que se había mostrado antes en hacer algo para ayudarlo, ahora pararse ante la directora y admitir que él siquiera se presentaba ante sus clases la hacía sentir horrible. No le daría a Minerva el gusto de decirle que él no era confiable.

Pero por las noches se le dificulta dormir, daba vueltas en su cama, su instinto siempre atento a si él entraba en la habitación, y en más de una ocasión se acostó en el sofá, dispuesta a esperarlo y encararlo cuando apareciera, pero en vez de eso se despertó a la mañana siguiente en el sofá, sin rastro de Draco.

La semana transcurrió lenta, los nervios de Hermione aumentaban pero no se había dejado dominar por estos. Al quinto día, una nueva emoción se había apoderado de ella. Decepción. Pero Hermione no estaba segura si el sentimiento iba dirigido a él, o a ella misma, por confiar en quién no debía. Después de todo, un Malfoy era siempre un Malfoy, no importa el tiempo que pasará, o las cosas que sucedieran.

Lo había intentado ayudar, habían disfrutado su tiempo juntos, había aprendido a conocer a Draco Malfoy y le había gustado lo que había visto. Recordaba las tardes que habían pasado juntos, lo asustado y temeroso que estaba y lo abierto que se había vuelto. Sabía que aún estaba lejos de entrar por completo en él, y que se abriera por completo a ella. Prueba de eso eran las cicatrices en su cuerpo de las que nunca hablaba, pero creía que habían avanzado, que podían haber llegado a algo. Pero ahora estaba claro que no.

Prisionero  #6390 {Dramione} TERMINADAWhere stories live. Discover now