35. La verdad

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~35~

La verdad


Ya había caído la noche cuando finalmente un sanador salió de las puertas dobles y se reunió con ellos. Hermione se puso en pie desde donde se había sentado, y Ginny la acompañó. Neville se separó de la pared en la que se había apoyado. Minerva también se unió a ellos. La mujer no se había marchado desde que se había aproximado para hacerles saber que ya estaba todo arreglado con San Mungo y que Draco sería atendido con los mejores cuidados como alumno de Hogwarts que era. Eso había generado un alivio inmediato en Hermione, que desde el primer momento había temido que no lo atendieran o que lo recibieron mal por ser un preso de Azkaban. Pero aparentemente Minerva había usado su influencia para resolver eso.

Mirando la expresión del medimago, Hermione sintió una presión en el pecho. Pero se prohibió seguir llorando, manteniendo la compostura y el autocontrol que tan difícilmente se había impuesto.

— El señor Malfoy ya está fuera de peligro. — el medimago comenzó y se sintió un suspiro generalizado de todos los presentes. — El cristal había perforado un pulmón, pero logramos revertir el cuadro. Está estable ahora, pero tiene que mantenerse en reposo. Además, necesita cuidados especiales, está muy delgado y... — el medimago pareció un poco cauto antes de proseguir, eligiendo las palabras con precisión — Se que es un preso, pero deben rever los cuidados que se dan en la cárcel. No parece estar saludable para nada y tiene heridas y moretones en los brazos y abdomen. Algunas son viejas pero hay algunos moretones bastante recientes.

— Estoy al tanto — Neville interrumpió al medimago, logrando que el hombre desviara su atención a él. — Estaba en la misma celda que su padre, que tiene problemas psicológicos, de agresividad y trastornos, pero voy a iniciar una investigación y buscar la forma de que no regrese a Azkaban bajo esos mismos términos.

El suelo bajo los pies de Hermione se tambaleó cuando lo escuchó hablar. La frase de que no iría a regresar a Azkaban bajo esos mismos términos casi la hizo interrumpir al medimago y averiguar qué quería decir Neville con eso. No podía estar considerando enviar a Draco de nuevo a Azkaban después de todo lo que había pasado. Por su culpa ahora el programa podría estar arruinado y eso le removió el estómago dolorosamente.

— Esas heridas no son causadas por terceros — el medimago informo, para sorpresa de todos, su voz firme de quien sabe de qué está hablando — Son heridas autoinflingidas. Por lo que se puede ver es el señor Malfoy  quien se las está haciendo.

— Eso no puede ser. — Neville negó con la cabeza.

— No tiene sentido, nunca lo vi lastimarse — Hermione comentó, deseosa de especificar eso. Compartir esa información la llevó a recibir una mirada por parte de Neville que aún no había superado el hecho de que había tenido ese grado de intimidad con Draco.

— Los moretones pueden haber sido causados por otras personas, pero las heridas en los brazos, los pequeños cortes, los rasguños... son todo cosa del paciente. Lo voy a derivar a psiquiatría para que sea analizando.

Neville miró al mago ante él como si le hubiera crecido una segunda cabeza y no dijo nada mientras el hombre se alejaba. Hermione se mantuvo en su lugar, aún terminando de disolver sus palabras. Draco se había estado lastimando a sí mismo todo ese tiempo. Las noticias no paraban de empeorar. Quería verlo, saber cómo está, entender tantas cosas que no tenían sentido.

Minerva carraspeo a su lado, llamando la atención de los presentes.

— Hablé con el director de San Mungo, la estadía del señor Malfoy se mantendrá en sigilo por el momento y su tratamiento será completamente protegido. Evitemos que esto salga en la prensa por el momento. — La voz de la directora fue firme pese a sus ya muchos años. Había arrugas en su rostro que no habían estado ahí antes y que demostraban lo preocupada que estaba.

Prisionero  #6390 {Dramione} TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora