Bosque Mágico (Diakko♥)

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''Cambio abrupto''

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Narradora Pov

El sol empezaba a salir nuevamente como todos los días. Una soñolienta mujer se encontraba sentada en su cama repasando los deberes que tenía que cumplir en ese día. Su cabeza se sacudió ligeramente y el sueño desapareció en un abrir y cerrar de ojo. Se levantó, agarró un tazón de madera que estaba en una estantería igualmente hecha del mismo material, para después abandonarlo en la mesa.

Seguidamente se dispuso a salir de su hogar en busca de una de las hojas que ingería cada mañana. Éstas ayudaban a eliminar el mal aliento y limpiar los dientes. Luego de encontrarla y comerla con naturalidad, tomó otros ingredientes por el camino para preparar su primera y única comida del día.

Su cuerpo no necesitaba tantos alimentos como el de un humano, y podía comer a cualquiera hora o momento del día. Simplemente requería como obligación comer una sola vez.

Algunas criaturas que habitaban en el Bosque si necesitaban nutrirse tres veces al día, pero otras no lo hacían por el simple hecho que no le era requerido, y más si eran de agua o aire. Aun así, la guardiana siempre los visitaba con el motivo de asegurarse del bienestar e inspeccionaba su habitad; era difícil, pero no imposible, tratar de predecir cual sería el siguiente en desaparecer.

Al terminar de "desayunar" y darse un baño relajante en un lago, se preparó a cumplir su primer deber del día.

Encontrándose ahora en un sitio donde la brisa levantaba la arena creando enormes remolinos y provocando que no viera absolutamente nada, Diana, con un hechizo sencillo creó una barrera a su alrededor. Y con tranquilidad empezó a caminar sobre la arena manteniendo sus manos juntas detrás de la espalda.

Los animales que se escondían se asomaban ligeramente para verla. Y cuando una la atacó saltando hacia su dirección la barrera hizo su trabajo ocasionando que la criatura se lastimara al chocar. Esos animales eran muy territoriales y Diana lo sabía muy bien.

Al llegar lo que era el centro de aquel lugar, la guardiana sintió la única plataforma de roca en sus pies. Y con un movimiento ligero de mano, cesó por completo la tormenta de arena. La barrera fue quitada y una piedra salió del suelo. Diana colocó la palma de su mano convocando unos muros de arenas.

La guardiana los analizó y su ceño se frunció ligeramente. Había algo mal. Sentía que algo estaba mal. Su mirada se fijó en donde se hallaba su mano derecha y nuevamente volvió a ver los muros de arena. Ella conocía el Bosque de pies a cabeza y sabía cada ocurrencia que pasaba, de eso se encontraba bastante segura. Entonces, ¿Qué era?

«Falta una», se dijo. «Lo que significa... No. No puedo estar quedándome sin tiempo». Rápidamente despojó su mano de la piedra, optó su otra forma y corrió hacia el Árbol. En cuestión de unos quince minutos ya se encontraba en su destino.

Diana se acercó al centro donde se hallaba un lago y se arrodilló. Esperó con paciencia aprovechando esos segundos para calmar su respiración agitada. Su semblante seguía neutro y sus emociones estaban totalmente controladas. Bueno, algunas, ya que el miedo era lo que más sentía en ese momento.

Pasaron alrededor de unas tres horas y la guardiana no se movió de su lugar. El Árbol no le había dicho nada, lo que significaba que sus sospechas no eran ciertas y eso la alivió un poco, sin embargo... aun desconocía la falta de aquel muro de arena. Cada muro de arena poseía dentro una estatua.