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"¿De qué eres capaz?

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Narradora Pov

La guardiana, estaba frente a sus ojos tocando esa hermosa melodía que había escuchado en pocas ocasiones. Lo adoraba; adoraba lo que oía. Le entregaba una paz interior que disfrutaba demasiado. Akko no deseaba interrumpirla, pero tenía muchas preguntas al respecto de lo que había visto.

Diana en cambio no se veía que tuviera intenciones de detenerse, sin embargo, estaba consciente que debía hacerlo; ella sentía la mirada de la humana de cabello castaño. La guardiana suspiró sutilmente y acabó su nota musical suavemente, debido a que no quería crearse una emoción de molestia si terminaba con un chirrido como la otra vez.

Al concluir con lo empezado, chasqueó sus dedos e hizo desaparecer el instrumento tomando por sorpresa a la humana. Para después, ponerse de pies y dar un ágil salto que la llevó a tierra firme. Akko no había dejado de mirarla con impresión; su corazón tampoco había dejado de latir con rapidez. Claramente, eso, Diana lo notó.

Ahora que la humana se encontraba en el bosque, Diana podía sentir sus emociones y conocer sus pensamientos. Las dudas que le había creado con anterioridad una de sus acciones previas, se aclararon en ese momento, sin embargo, no tenía intenciones de decir algo al respecto. Ella poseía un motivo de una orden dada por el Árbol. Él le había repetido unas palabras que le fueron dichas hace mucho tiempo atrás.

Y para hacerlo, Diana, debía conocer aquellos deseos. Por eso y otras razones la había dejado entrar al bosque. Le tomó mucho tiempo tomar esa decisión; y tiempo era lo que no tenía por las circunstancias que se encontraba el lugar donde habitaba. Poco a poco empezaba a deteriorarse cada vez más. Algunos sitios no durarían muchos. Diana les había calculado un tiempo aproximado, no obstante, no podía estar segura.

Cuando un lugar empezaba a morir, lo hacía de manera imprevista. Muchos animales, plantas y árboles fallecían; pocos se salvaban. Sin embargo, algo estaba sucediendo en el bosque. La guardiana podía sentirlo y se encontraba segura que, la castaña, era la responsable de ese cambio.

Con una postura firme y segura, se aproximó con sus manos juntas detrás de su espalda. Akko se hallaba muriendo de miedo en cada paso que daba. Iba a hablar con la guardiana frente a frente, sin que un muro invisible se interpusiera. Era extraño y nuevo para ella. Las emociones que empezaba a sentir no le disgustada, e intentaba contener la emoción que revoloteaba por todo su cuerpo.

—Bienvenida al Bosque Mágico, Atsuko Kagari —dijo con tranquilidad.

«Rayos... Que suave». Su voz se sentía y escuchaba diferente. Akko quería abrazarla; deseaba tocarla y sentir su calor corporal, pero enseguida esa pequeña esperanza de poder hacerlo, murió por las palabras de Diana.

—Mantén tu distancia y te mostraré las maravillas del bosque.

Era un acuerdo sensato, e intentaba comprenderlo, no obstante, en verdad quería tocarla. Su cabello se veía sedoso; su rostro suave; y sus ojos... «Maldición. Sus ojos...» Akko suspiró inconscientemente.

—¿Estás escuchándome?

—Sí... Sí —respondió saliendo de su trance—. Yo... Esto... —Akko miró hacia otro lado—. Es maravilloso... —concluyó.

Diana lo supo en ese momento, gracias a su magia. La humana no poseía ninguna intención mala en contra del bosque, sin embargo, no podía confiarse. Las previas personas que habían ingresado tenían el mismo sentimiento puro, pero poco a poco fue cambiando. Diana esperaba que las intenciones de la castaña cambiaran también; ella la vigilaría desde cerca ahora que le había concedido la entrada al bosque.

Bosque Mágico (Diakko♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora