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"¿Cuán fuerte puedes ser?"

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Narradora Pov

Su respiración era agitada y sus palpitaciones cálidas. Una sonrisa se dibujó en sus labios al sentir el agradable placer que le era entregado a su cuerpo; suspiros y leves gemidos eran imposiblemente contenidos.

Sus dedos se movían con una delicadeza que le provocaba más satisfacción a su intimidad completamente húmeda; le gustaba demasiado. ¿Y cómo no hacerlo? El anhelo de su cuerpo y corazón estaban siendo complacidos y tomados de una forma tan... angelical.

Los labios ajenos besaron con pasión contra su piel mientras la intensidad de su cuerpo aumentaba. Las reacciones a las acciones no tardaron en dar sus frutos, haciéndola llegar a ese punto tan ansiado que la hizo cerrar y tensar sutilmente sus piernas.

Se tomó unos pocos minutos para recuperarse a la vez que era vista por unos hermosos y resplandecientes ojos azules. Con cuidado una mano se posicionó en su ruborizada mejilla, y con lentitud fue cerrando sus parpados al ver el rostro que tanto le encantaba, acortar la distancia.

«Diana...»

—¿Akko? ¿Akko?

«Esa voz...» Era lejana y no le gustaba para nada. Su ceño en confusión se frunció y un malestar se creó en su pecho, pero, al ver que la presencia de la persona arriba de su cuerpo empezó a distanciarse, su entrecejo se arrugó con más fuerza y su consciencia despertó cuando sus oídos captaron enseguida el abrir de una puerta, sentándose de golpe en la cama.

—¡No! —exclamó deteniendo las intenciones de su padre.

El color rojo adornaba por completo su rostro y la humedad en su entrepierna solo le aseguraba lo que había pasado. Johan se detuvo sintiéndose nervioso.

—E-el desayuno está listo, ¿bajarás?

—I-iré en un momento.

Su padre asintió y la dejó sola. Al escuchar sus pasos en la planta inferior, Akko, soltó un pesado suspiró, para luego dejar caer su espalda en la comodidad de su lecho y envolverse con sus sabanas sintiendo una enorme vergüenza. «¡¡¡¿Por qué?!!!» Sus ojos se cerraron y su ceño volvió a fruncirse.

Evitó mover las piernas e intentó no recordar lo que había soñado; no era la primera vez que imaginaba en sus sueños, de manera inconsciente, que la guardiana llegaba a hacer lo que tanto deseaba, sin embargo, jamás había tenido uno de esa forma.

¡Nunca pensó que algo así le sucedería!

Intentó buscar un motivo y su mente se la entregó en el pasar de pocos segundos provocando que sus parpados se abrieran con sorpresa. «Ese momento...» Ahora lo entendía. Ese calor que fue causado cuando los brazos ajenos la apegaron por completo a su cuerpo, era casi idéntica.

«¿Acaso...?» ¿Acaso Diana intentaba insinuarse a ella? Otra vez tomó asiento de golpe. «¡No!», negó. «La guardiana nunca lo haría...», pensó sintiendo un poco de tristeza ante esa declaración; aunque era verdad, no quería imaginar que no fuera posible que jamás llegara a hacerlo. Aun así, debía admitir que la sensación dentro del sueño se había sentido real; como sus manos la tocaron; como sus labios besaron con entusiasmo su cuello.

Inhaló y exhaló, sintiendo un gran cosquilleo en su vientre. «¿Será así?», se preguntó perdiéndose en algún punto de la habitación. «¿Así se sienten tus labios?». Era probable que no. Y sus esperanzas de hacer realidad ese deseo de su corazón, eran demasiado pocas; la guardiana no había demostrado nada más que un simple afecto común.

Bosque Mágico (Diakko♥)Where stories live. Discover now