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"Nuestra felicidad"

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Narradora Pov

La noticia, llegó más pronto de lo que esperaba. Una de las nuevas jóvenes del pueblo que ingresaba a la biblioteca frecuentemente, encontró a la dueña sin vida sentada en un sofá.

Akko podía jurar que antes de retirarse la señora respiraba. Ella la había visto respirar y descansar plácidamente.

Una tarde hablando con tranquilidad con su padre, su amiga Constanze fue apresuradamente a avisarle. Por supuesto, la castaña no perdió el tiempo y dejó todo lo que estaba haciendo para comprobar si lo dicho, era verdad.

Al asegurarlo, sus ojos se humedecieron mientras veía el cuerpo de la señora descansar sin agarrar un segundo de aire. Estaba totalmente pálida y quieta; no movía ningún musculo.

Akko se arrodilló ante su cuerpo y tomó su mano con delicadeza. Estaba fría. Tembló y mordió su labio inferior en un intento de aguantar las lágrimas.

Las personas que se hallaban en el lugar la miraban con lastima y otras estaba entristecida por lo sucedido.

Para su sorpresa, la hijastra de la dueña no se había presentado y se encontraba consciente de que sabía también lo ocurrido.

Sin embargo, lo que desconocía era que la mujer adulta yacía en su habitación de inventos con sus brazos a cada costado encima de una mesa de manera, dejando salir con el ceño fruncido las lágrimas que creaba su cuerpo en sus ojos.

Ella no lo sabía. Después de que su padre, verdadera madre y hermanas fallecieron en un ataque hace muchos años atrás. Solamente quedaron ellas dos.

Holbrooke no dudó en acogerla y darle la vida que pensaba que se merecía, no obstante, Croix no era para nada amigable con ella; sin embargo, la señora siempre la mantenía presente y ponía su total atención en ella.

Croix no quería ser dueña de una biblioteca que no recaudaba absolutamente casi nada de fondos. Aún le sorprendía que tuviera para comer todos los días, aunque era probable que no consumiera mucho. Vivir con lo mínimo para siempre no le gustaba para nada.

«Esa puede ser una de las causas», se dijo tratando de encontrarle razón a su inesperada ida. «No seas tonta», se regañó cerrando con fuerza sus parpados. Ahora estaba completamente sola. «Era cuestión de tiempo».

Su mandíbula se cerró con fuerza y más lágrimas chocaron contra un objeto de metal colocado en la fría mesa donde se apoyaba.

«No te preocupes». Lentamente tomó la pieza con su mano derecha. «Haré justicia... Haré que los malos tipos paguen por quitarte tu felicidad». Tragó pesado. «Nuestra felicidad». Aunque su padre y madre no estuvieran juntos, Croix había aceptado a Holbrooke desde muy temprana edad como su madrastra.

Sin embargo, eso no significaba que le gustara del todo.

La señora tuvo su despedida. Y la mayoría de las personas asistieron, en especial la castaña que vestía un hermoso vestido largo con encajes en la punta y cuello abierto de color negro. Éste, estaba hecho por las manos de Angelica.

A ella le encantaba hacerle diferentes prendas que fueran de su gusto y Akko lo agradecía.

Para nuevamente sorpresa de la castaña, la hijastra de la señora no se encontraba en ese día. No conocía su estado y su amiga Constanze tampoco, puesto que, la señora de cabello morados le había dicho a través de una correspondencia corta que, se tomara unos cinco días libres.

Bosque Mágico (Diakko♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora