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''Mi conocimiento''

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Narradora Pov

Otro día en el pueblo. Los pájaros cantaban alegremente en las mañanas entregando una sensación reconfortante para algunos, pero para otros, era simplemente una molestia levantarse e ir a hacer sus labores obligatoriamente para tener una "buena vida" en ese mundo donde las enfermedades podían acabar con cualquiera. Ya sean jóvenes o personas mayores, no importaba qué edad obtenías un simple resfriado que provocara una fiebre severa o dificultad respiratoria, conseguías la probabilidad de fallecer por esos simples síntomas.

La cultura y ganadería, habían sido muy abundantes últimamente. Las cosas habían avanzado bastante bien para la familia Kagari, sin embargo, el señor seguía preocupado por lo que escuchaba su tercera hija de la dueña de la biblioteca. Muchas noches había oído atentamente sus cuentos, ya que había dejado de pedirle que leyera para ella. Su aprendizaje en la lectura avanzó e igual que su conocimiento de lo que le rodeaba, e incluyendo de lo que debería hacer más adelante.

Cuidar del negocio y hacerlo prosperar. Su señora madre, hubiera querido eso. Sin embargo, ¿En realidad eso es lo que deseaba para sus hijas? Esas y otras pregunta más desde que uno de sus amigos le hizo una propuesta, no dejaban de rondar en la mente del señor.

La rechazó.

Akko, era la imagen de su madre y eso les molestaba a sus otras dos hijas. Verla, era como ver Kioko, pero en su versión pequeña. Estaba consciente de que poco a poco, la similitud se haría cada vez más y más, y eso se convertiría en un problema, ya que muchos... desearían su mano.

En su antigua relación, la mayoría quisieron estar con Kioko, sin embargo, tuvo la fortuna de que ella se enamorara de él, y que les diera... tres grandiosas hijas; aunque no podía decir tanto de las dos primeras, eran sus hijas no importando tanto lo que hicieran.

Criarlas, se estaba haciendo más dificultoso al pasar los años. Akko, recién había cumplido sus cinco años. Amanda, llegó a la edad de ocho. Y Lotte a siete. Los cumpleaños de las dos primeras fueron celebrados en su hogar, puesto que, ninguna de las dos deseaba que se hiciera algo grande.

"Como si fuera importante", dijo la de cabello rubio. "Has lo que quieras, anciano. No me importa". El señor después de esas contestaciones duras y frías que recibió de sus dos hijas, empezó a dudar si hacerles una fiesta de cumpleaños a su tercera hija, sin embargo, su respuesta a la pregunta que le hizo una mañana antes de trabajar lo dejó asombrado.

"Lo que sea estará bien. Sólo quiero dulces, y que puedas estar conmigo". Una contestación que nunca esperó y una acción que lo dejó anonadado. Akko, estando soñolienta, le dedicó una sonrisa y le extendió débilmente su pequeña mano para acariciar su mejilla, para después caer dormida otra vez.

Eso, lo hizo llorar en sus aposentos cuando estaba arreglándose para el día. Y eso, hizo también que se negara a la propuesta de aquel hombre que veía a sus hijas como objectos de unión; o así lo tomó él cuándo se lo propuso con simpatía.

Akko, era apenas una niña que no le ponía la más mínima atención a ese tipo de cosas. «Luego ella decidirá con quien estar», fue su pensamiento y decisión final. El que se gane el corazón de la hermosa joven que habitaba en uno de los miles de hogares en el pueblo, sería un hombre muy afortunado. Sin embargo... ¿Quién enamoraría a su hija? Posiblemente un joven atractivo y creyente en esas cosas mágicas, o al menos que fuera comprensivo con sus historias y no dijera al respecto nada negativo.

Bosque Mágico (Diakko♥)Where stories live. Discover now