El fin de las vacaciones con los Dursley

6.2K 508 310
                                    

Un día más del caluroso verano estaba llegando a su fin, mientras un silencio bastante molesto se extendía por las largas cuadras de Privet Drive, donde todos los estacionamientos tenían autos aparcados de tierra y suciedad, y los jardines secos, solo porque se había prohibido por el uso del agua para esos fines debido a la sequía.

Afuera de la ventana del jardín estaba el joven muchacho delgado, que había crecido un poco en lo que llevaba del verano y quizás crecería más, de cabello negro y piel blanca, un tanto pálida. Con unos Jeans desgatados, una remera demasiado grande para que la usara suelta, por lo que estaba dentro de su pantalón y zapatillas que estaban a poco de romperse, todo heredado por su primo, ya que no podía irse a comprar ropa, tío Vernon se rehusaba a salir a Londres y gastar su valioso combustible solo en él.

Escondido tras unos arbustos secos, recostado en el suelo más fresco de todo el parqueado, Harry se quedó observando, como un mini-dragón Colacuerno Hungaro, que estaba royendo una rama de las hortensias, y su serpiente mascota estaba en la búsqueda de su cena. Era el único lugar donde podría tenerlos a ambos al aire libre, sin que nadie los viera y de paso escuchar las noticias por la televisión, ya que tía petunia dejaba abiertas las ventanas de la cocina para que corriera un poco de aire durante el día, algo a lo que había estado atento.

Según Sirius, su padrino, en el año escolar anterior le comento que cuando Lord Voldemort llego al poder la primer vez había desapariciones y muertes tanto de quienes estaban contra el luchando como de Muggles, y según el propio Voldemort había mortifagos que gustaban de divertirse a costa de la tortura de Muggles, Harry pensó que si escuchaba en las noticias sobre desapariciones misteriosas de personas o muertes, podría saber más de como estaba la situación en el mundo mágico, ahora que estaba pasando vacaciones con sus parientes Muggles y todo ejemplar de "El Profeta" lo desechaba por considerarlo un diario falso al leer solo las noticias de primer plana sin prestarles demasiada atención.

— Ese mocoso, no sé qué se trae en manos Petunia, ya es exasperante que vea las noticias o se quede prendido al radio todo el tiempo — bufo tío Vernon, un hombre tan obeso cuyo cuello parecía haber desaparecido, y un en el rostro tenía un gran bigote, Harry solio compararlo mucho con una morsa —. ¿¡Qué chico ve las noticias!?

— Me gustaría que Dudders copiara eso — contesto tía Petunia —. El otro día me pregunto quién era el presidente, tuve que explicarle que no tenemos presidente, sino primer ministro, Harry le respondió, no creo que este de más que sepa quién es el primer ministro, al menos eso.

— Tonterías, Dudley no necesita saber quién es el primer ministro, él tiene que estar concentrado en cosas de su edad, ahora creo que esta con sus amigos, tomando el té.

— Me gusta que sea tan popular — respondió tía Petunia animada.

A Harry se sorprendía de ese hecho tan curioso, como su tío y tía caían en la inocencia sobre Dudley. Los dos se habían creído las absurdas palabrerías de Dudley cuando les decía que iría a tomar el té a casa de uno de sus amigos durante el verano, lo cierto era que no iban a ninguna casa, Dudley y sus amigos eran como unos vándalos en todo el vecindario, y salían cada noche a hacer alguna "Travesura" los había visto destrozando el parque que estaba cerca de la casa, fumando, lanzando piedras a los coches que pasaban y a niños que iban a la escuela de verano.

En todos esos días Harry había encontrado cigarrillos en el cuarto de Dudley y hasta una botella de cerveza y en un momento, cuando tío Vernon las encontró lo culpo de haber metido de contrabando esas cosas y ocultaras en la habitación de Dudley. Harry por supuesto no era tonto, el mismo se defendía con que no eran cosas suyas, cosa que tío Vernon no creyó y le saco el privilegio de comer postre, y de paso darle su postre a Dudley, y el privilegio de la merienda, si es que era un privilegio tener merienda, además de darle más quehaceres en casa para que ocupara su tiempo en algo productivo. Tía Petunia, al menos pensó en la inocencia de Harry, si le había creído cuando se encontró aquello, pero ella, muy inocentemente, aseguraba que Dudley le escondía aquellas cosas a algún amigo y cuando descubriera de quien eran hablaría a los padres del muchacho o le prohibiría a Dudley ver a ese amigo

El Nuevo Black IIWhere stories live. Discover now