La hora de espera

3.9K 420 532
                                    


Esto es Pársel

Ocultos tras la capa de invisibilidad de James Potter, Sirius Black, Harry, Ron, Draco y Hermione se movían de manera cauta adentrándose por la casa de los gritos. El túnel estaba por mucho más estrecho que la última vez que entraron, no era para menos, habían pasado cuatro largos años. Tanto Harry como Sirius estaban temerosos de que encontrarían, temerosos de ver frente a frente a Voldemort, de encontrar a alguien que no querían ver caído, con su piel pálida, fría y sus ojos carentes de vida. Ambos querían llegar a encontrarlo, aunque fuera con su piel cetrina, herido, quizás sangrante, pero con sus ojos abiertos, luchando por cada bocanada de aire, esperándolos llegar para estar a su lado.

Entonces finalmente oyeron voces que provenían del otro lado de la habitación frente a ellos, la abertura estaba tapada parcialmente por lo que parecía un mueble, pero permitía ver por una hendidura lo que estaba ocurriendo. Sirius quería saltar a interrumpir, Harry también, pero debían ser cautos en ese momento.

Harry vio una blanca mano que parecía estar jugando con la varita de Sauco, en una esfera trasparente estaba Nagini, enroscándose y moviéndose vigorosamente. Voldemort estaba justo frente a ellos, se veía impaciente.

— La resistencia está disminuyendo — se escuchó, era la vos de Snape, quien estaba a corta distancia.

— Y lo están haciendo si ti, Severus, aunque seas un mago sumamente hábil, entrar a la batalla no supondrá ninguna gran diferencia.

— Permítame ir a encontrar al chico, yo le traeré a Potter.

— No Severus, no es necesario...pero necesito de ti...tengo un problema Severus...esta varita me prometió cosas maravillosas, no he visto nada asombroso, no ha funcionado.

— Mi señor, ha hecho cosas maravillosas con esa varita esta noche.

— He ejercido mi magia ordinaria Severus, yo soy extraordinario — replico mientras sus largos dedos jugaban con la varita en su mano —. No ha habido diferencia alguna, no veo la diferencia entre esta maravillosa varita y la que Ollivander me vendió hace tantos años.

— Mi señor.

— ¿Sabes porque te hecho retirarte de la batalla Severus? — pregunto mientras caminaba campamente por la habitación, Sirius estaba furioso, sentía en el tono de voz de Snape, tenía miedo, quería salir de ahí cuanto antes, presentía lo que esperaba, Voldemort no sonaba feliz.

— Mi señor, le ruego me permita volver, yo puedo traerle a Potter.

— No Severus, no, ninguno de ustedes entiende a Potter tanto como yo, no necesita ser encontrado, el vendrá a mí, conozco su debilidad, odia ver como todos se sacrifican por él, el querrá detener todo esto, y vendrá a mí.

— ¿Y si resulta asesinado por otro que no sea usted? — pregunto.

— Mis instrucciones han sido claras Severus, capturar a Potter, matar a sus amigos...pero no estamos aquí para hablar de Potter, estamos aquí para hablar de ti — siseo mientras caminaba ahora de manera un tanto lenta —. Has sido mi fiel servidor, en ambos periodos, muy valioso, tus pociones, tus hechizos, fuiste tú quien me recito la profecía...el mejor de todos, mi mano derecha.

— Mi señor, sabe que solo vivo para servirle.

— Tengo una duda y es ¿Por qué la varita no me obedece?

— No puedo responder a eso.

— ¿No puedes? ¿O sabes y no quieres decirme? — pregunto levantando la mirada —. Cuando torture a Ollivander me hablo sobre la lealtad de las varitas, la varita de Sauco no puede servirme adecuadamente porque yo no soy su verdadero dueño, su verdadero dueño es quien mato al anterior.

El Nuevo Black IIWhere stories live. Discover now