Slug Club

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Cuando los tres salieron de Madame Malkin, Hagrid aseguro haber visto de muy mala cara a la señora Malfoy. Harry se sentía un tanto culpable por las palabras que le había dicho, pero odiaría que Draco se volviera mortifago, y pensó que la mejor manera de hacerla recapacitar era esa, decirle sobre aquel error que ella debió evitar hacía más de quince años, solo oponerse ante un deseo de Lucius en aquel entonces, quizás pedirle que esperara hasta que Regulus fuera mayor de edad. Como si fuera poco Harry sintió muy ansiosa a Madame Malkin para que se fueran, supuso que se trataba del efecto de África.

Cuando se reunieron con los señores Weasley y Ginny pasaron por el boticario para comprar los ingredientes comunes, solo Ron fue el único que no compro ingredientes ya que había sacado Supera las Expectativas en su T.I.M.O y estaba seguro que no podría cursar la materia, por lo que solo Harry, Hermione y Ginny compraron ingredientes. En el emporio de la Lechuza compraron grandes cantidades de frutos secos para Hedwig y Pigwidgeon, el encargado dio un salto cuando Harry mostro a Spinato que volaba sobre Harry y a África, que estaba en su brazo, pero aseguro no tener nada para animales tan curiosos.

Finalmente llegaron al número noventa y dos del callejón Diagon, la tienda de Fred y George, la tienda era enorme, cubierta de fuegos artificiales que llamaban mucho la atención, grandes carteles, un escaparate estaba repleto de artículos que gira...

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Finalmente llegaron al número noventa y dos del callejón Diagon, la tienda de Fred y George, la tienda era enorme, cubierta de fuegos artificiales que llamaban mucho la atención, grandes carteles, un escaparate estaba repleto de artículos que giraban, brincaban, explotaban y chillaban. Harry comenzó a reír con ante aquello, uno de los escaparates estaba tapado con un enorme cartel del ministerio que lo cubría, pero las luces y centellas de letras amarillas lo sobrepasaban y se podía leer el cartel al que tapaba.

¿Por qué inquieta El-que-no-debe-ser-nombrado? ¡Debería Preocuparte LORD KAKADURA! La Epidemia de estreñimiento que arrasa el país.

—¡Esto va a costarle las vida! — dijo la señora Weasley.

— No creo que le importa mucho — susurro Harry —. Esto no altera su ego, alteraría su ego si le recuerdo que lo manipule.

—¿Lo manipulaste? — pregunto el señor Weasley.

— Sabía que no era real la visión que él me envió, mi plan era atrapar a los mortifagos que estarían en el ministerio en ese momento esperándome, no conté que pasaría lo que paso — explico Harry —. África los vio a pesar que estaban usando encantamientos desilusionadores en la sala de las profecías, intente que se dieran un paso atrás alertándolos que África estaba suelta y los mordería, o Spinato que ataco a uno y le quemo la cara, también estaba el dragón de Cedric, pero no lo hicieron...

Los señores Weasley colocaron una mano en cada hombro de Harry para guiarlos dentro del local de los gemelos. Al entrar Harry vio cajas y cajas apiladas de surtidos salta clases; el turrón sangra narices parecía ser el que más se llevaban porque solo le quedaba una caja. Lo que le llamo la atención fue la forma en que las varitas falsas habían avanzado, ahora tenían distintas y de diferentes precios, la más barata solo se trasformaba en un pollo de goma al agitarla, y la más cara golpeaba desprevenidos usuarios en la cabeza. También tenían cajas con plumas auto recargables, Harry pensó en comprar una, o al menos la de tinta auto recargable y la que tenía corrector incorporado. Al acercarse al mostrado vio a una multitud de niños, que seguramente tenían menos de diez años, que observaban una figura de manera que subía lentamente unos escalones que conducían a una horca, en la caja sobre la mesa donde se exponía que decía Ahorcado reutilizable.

El Nuevo Black IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora