La Ultima Batalla

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Entre vítores y aplausos, varios alumnos celebrando, se escuchaba cantos a Harry Potter y sus amigos. Harry se sonrojo, pero Tania otra cosa que hacer.

— ¡Vas a derrocar a Snape! — exclamo Seamus con emoción.

— ¡Harry! ¿Estás bien? — pregunto Hermione acercándose.

Un sonido estruendoso de zapatos de tacón bajando las escaleras irrumpió, Harry miro hacia arriba, ahí estaba Minerva McGonagall, bajando con su ropa de diario, aunque parecía que acababa de levantarse de la cama. Al mirar al grupo de estudiantes aglomerados al pie de las escaleras pidió a todos apartarse.

— ¿Qué hacen todos levantados? ¡A la cama!¡Ahora! — grito y fue cuando vio a Amicus Carrow levantando de sus tobillos.

— Tenemos a Potter — grito Carrow —. A los traidores, a la sangre sucia, no tardara en venir.

— Sabemos que vendrá, eso es lo que queremos — anuncio Snape bajando por las escaleras, estremeciendo a todos —. Hoppy, estos gritos me causan dolor de cabeza, aparece a Amicus y a Alecto a los calabozos en las mazmorras, están debajo de los cuatro invernaderos de las mazmorras.

— ¡Lo que usted diga maestro Snape! — dijo la elfina apareciendo tras un Crac y luego chasqueo los dedos, ambos hermanos Carrow desaparecieron.

— Hoppy, busca, encuentra y trae a Dobby a Kreacher, los necesito.

—¡Severus! — interrumpió Minerva —. ¿Qué está pasando, profesor Snape?

— El Señor tenebroso está en camino, no hay tiempo que perder, está furioso, ya asesino a todos los duendes y magos que se encontraban en Gringotts — respondió llevando las manos a la espalda —. Salvo que prefieras un mismo fin para los estudiantes.

— Absolutamente No — dijo la profesora sacando su varita, en un movimiento rápido realizo el encantamiento Patronus, el cual se dividido en tres gatos que en veloz carrera comenzaron caminos distintos, a las distintas casas.

— Todos los estudiantes, al gran comedor, donde serán agrupados para una evacuación ordenada — dijo tajante —. Regulus, eres el más rápido, da un vistazo en los terrenos y regresa.

Fue como una gran estampida, los alumnos que había presenciado como los hermanos Carrow fueron detenidos entraron aglomeraros al gran comedor. Regulus se dio media vuelta y corrió a toda prisa, hasta perderse dando un salto en su forma de cuervo.,

—¡Weasley!¡Granger! ¡Malfoy!¡Potter! — grito —. ¡¿Han destruido la copa?!

— No tenemos como — intervino Sirius acercándose entre la multitud, lo que causo que Minerva mirara con asombro —. La daga te la quedaste tú, perdimos los colmillos, y el duende nos quitó la espada de Gryffindor.

— Si la leyenda es cierta, la espada aparecerá de regreso esta noche en Hogwarts, podemos prescindir de ella por el momento — anuncio —. En la cámara de los secretos está el esqueleto del basilisco, usen sus colmillos.

— ¿No podemos usar la daga de mi padre?

— No, las dagas tendrán otro uso — respondió mirando el reloj —. Señorita Granger, supongo que, dado los últimos acontecimientos, disfrutaría de manera muy amena encargarse de la copa en la cámara de los secretos, tendrá una no muy limitada cantidad de colmillos de basilisco y su veneno.

— ¿Cómo sabes? — pregunto Sirius, mirando a Hermione y como esta miraba a Snape sorprendida.

— Los espejos — exclamo haciendo levitar con la varita el monedero de Piel de Moke y de él salió un espejo, el cual estaba en ese momento reflejando lo que parecía el despacho del director, se veían algunos cuadros a tras luz o al menos dos marcos —. Logre hacerme de tu espejo, Sirius, y Harry tiene el que le diste, se dónde han estado y todo lo que han pasado.

El Nuevo Black IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora