Sexto Año

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Esto es PARSEL

Malfoy cerro las cortinas de la puerta corrediza, Harry no supo para que hasta que lo llevo a sentarse en el asiento, casi tirándolo, se colocó encima de él y luego volvió para besarlo en los labios. Draco era muy suave en su tacto, era el primer beso que se daban después del beso que se dieron antes de navidad, que, aunque aquel beso fue un simple rose de labios, este se sentía de manera dulce.

— Creo que podemos bajar de ultimo ¿No crees, Potter? — dijo mientras pasaba sus labios por las mejillas sonrosadas del pelinegro —. Hay que aprovechar el máximo tiempo a solas que podamos tener...tiempo que seguramente no tendremos este año, Elegido.

— ¿Por qué no podríamos pasar tiempo juntos?

— Esa es una de tus cualidades exasperantes, eres demasiado inocente, a veces — dijo sentándose a su lado —. Escuchaste a Theo y a Pansy, todas las chicas que hasta el año pasado no notaron tu existencia o la ignoraron han despertado un interés en ti, sin contar el club de Slughorn, este año seguramente no te faltarán clases, y no olvidemos del muy importante Quidditch.

— Suspendí Aritmancia y si Binns no acepta a quienes sacaron aceptable en historia de la magia, también lo suspendí — confeso —. Y como capitán del equipo de Gryffindor, no voy a apasionarme y hacer que tengamos practicas toda la semana, tres veces a la semana está bien...no soy Wood.

— ¡Ya ves! Delegado.

— No soy Delegado.

— Eres prefecto de las cuatro casas, lo que te hace delegado, capitán del equipo de Quidditch, uno de los talento de Slughorn, por lo que iras a sus cenas especiales, tus clases extra con mi padrino.

— Cuando Slughorn vea los habilidoso que eres en duelos, o lo buen buscador que eres, seguro te invitara a ser uno de sus talentos — exclamo entusiasmado.

— Mi padre es un Mortifago, y está preso en Azkaban por intentar robar la profecía — le interrumpió dándole las manos —. ¿Sabes lo que eso significa?

— Tú no eres tu padre.

— Quisiera que no solo tú lo creas.

Cualquiera que fuera la intención de Malfoy, Harry decidió que no era el momento o el lugar, lo abrazo inadvertidamente, e instintivamente le sobo la espalada. Draco le correspondió el gesto, y ambos permanecieron abrazados, mientras afuera poco a poco las voces, las risas se iban apagando, los pasos habían cesado, el desfile de alumnos parecía haber acabado. Podían sentir la brisa de los árboles que bordeaban el lago, el ulular de las lechuzas, Fue entonces cuando el tren dio una sacudida, ambos cayeron al suelo, escucharon a la locomotora que se ponía en macha y el suelo vibrar. Cuando se sentaron miraron hacia la ventana, estaba comenzando la marcha del expreso a Londres.

La puerta del compartimento se abrió, ambos muchachos vieron a Tonks, quien los ayudo a pararse

— ¿Qué hacen ustedes dos aun aquí? — se pregunto —. Andando, no tenemos tiempo que perder, saltaremos del vagón.

Harry y Draco aprovecharon para sacar el baúl de Draco, Harry esperaba que Neville o Luna se hubieran encargado de su baúl. Tonks abrió la puerta del vagón y los guio para que ambos saltaran de a uno, encanto el baúl de Draco para que levitara y luego salto.

— ¿Y bien? — pregunto Tonks cuando ambos estaban en el Anden —. Pónganse la capa, los escoltare a Hogwarts.

— Si — asintió Harry poniéndose la capa de invisibilidad.

— Estábamos charlando...se nos pasó el tiempo — se excusó Harry sonrojado —. Gracias.

— No es nada — repuso sin sonreír Tonks. Fue cuando ambos muchachos miraron al frente, el andén estaba oscuro.

El Nuevo Black IIWhere stories live. Discover now