El Nuevo Black II

Mira Lestrange

Bellatrix Druella Black nacio en el seno de una familia curiosamente conformada, sus padres tenían 13 años cuando ella nació, aunque nunca entendió el chiste de cómo se conocieron. Fue una hija curiosamente buscada, aunque uno nunca comprendió porque dos adolescentes con 13 años querían tener hijos. Según las malas lenguas, Cygnus quería quitarle a Orión, su primo, y a Walburga, su hermana, el puesto de cabeza de la familia Black, la única manera era que el tuviera un heredero varón antes que ellos, por lo que busco tener un hijo tan pronto tuviera prometida, y nueve meses después nació Bellatrix.

Bellatrix se crio durante sus primeros once años en la misma casa, El Numero 12 de Grimmauld Place, durante cuatro años solo veía a sus padres en las vacaciones de verano, ya que su abuelo fue muy tajante al respecto, el hecho que Cygnus fuera padre con 13 años no implicaba que dejara sus estudios, debía terminar Hogwarts, y lo mismo aplicaba a su prometida, y futura esposa Druella Rosier. Orión y Walburga Black, sus padrinos, se encargaron de su crianza, aunque en la casa nunca estaba sola, estaba el tío Alphard, el hermano de su padre, sus abuelos Pollux e Irma, e incluso la tía abuela Cassiopeia, hermana de su abuelo, por lo que se vio rodeada de quienes la cuidaba, y nunca estaba sola o sin atención.

Cuando tenía dos años, y era algo que apenas si se acordaba, porque según ella siempre tuvo una hermana, llego Andrómeda Irma Black, su hermana menor, su padrino fue Alphard Black, quien era el tío soltero. Aunque Bellatrix al principio fue un poco arisca con ella, no tardo en quererla, o eso parecía, en un principio ella estaba siempre en brazos de alguien, porque era más pequeña, pero no por ello el resto de la familia le dejo de lado, si su tía Walburga tenía en brazos a Andrómeda, ella estaba en brazos del tío Orión, si el abuelo Pollux estaba intentando hacer que la pequeña Andy, como le habían apodado, hablara, la abuela Irma se sentaba a leer un cuento a Bella en la sala de té.

Cuando tenía cuatro años sus padres terminaron Hogwarts, se casaron y al tiempo nació Narcisa Violleta Black. Y todo cambio, porque ahora estaban sus padres presentes, aunque en un principio su madre se negaba a soltar a Narcisa, por ser la más pequeña, ella no tenía nada que envidiarle, tenía a su tía Walburga si quería estar en brazos o a su abuela Irma si quería salir a caminar. Su padre, claro, intento estar más presente, aunque fácilmente perdía la paciencia en muchas de sus lecciones que estaba comenzando, y eso a ella le encantaba hacer, ver a su padre dándose por vencido cuando tenía tantas preguntas que él no podía o no quería responder, mientras el abuelo Pollux o el Tío Orión se reían a carcajadas.

Su vida trascurrió en el número 12 de Grimmauld Place sin ningún sobresalto después que nació Narcisa, hasta que nació Sirius Orión, el bebé gritón, Black y dos años después, Regulus Arcturus, el bebé dormilón, Black, sus primos e hijos de sus padrinos. Tenía ocho años cuando Sirius nació y, durante dos años fue escuchar sus gritos constantes, era un niño demasiado malcriado, gustaba de estar en brazos, de pasear por la casa, y de llamar la atención, no fue novedad que su magia accidental comenzó a romper cosas con solo escuchar a Sirius llorar Cuando Regulus nació ella tenía once años, su carta de Hogwarts estaba pronto a llegar, era un niño muy calladito, incluso cuando ya asistía a Hogwarts y se pasaba por la casa en las vacaciones de Navidad y Semana santa, Regulus dormía, o estaba con un juguete en la boca llenándolo de saliva, abriendo los ojitos, que eran de color gris.

Curiosamente, para cuando cumplió 11 años, al fin su padre logro estabilidad económica suficiente como para mantener a su familia, la familia Rosier les heredo una casa y la hicieron la residencia, para la entonces pequeña familia de cinco integrantes. La casa nueva tenía muchas habitaciones, ella eligió una que estaba un poquito apartada, la cual tenía una vista hermosa al lago detrás de la casa, lago que su padre usaba o intentaba usar para hacer alguna predicción y cada vez que lo veia se reia de sus intentos.