El Nuevo Black II

El León

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Harry regreso a su habitación después de mucho divagar al respecto, sobre su escritorio descansaba el libro de Salazar Slytherin, el cual aún tenía que traducir, pero los deseos de hacerlo eran nulos. Sobre su mesa de noche aun descansaba la piedra de extraño símbolo, el cual no había podido descubrir de que se trataba, no era una Runa, era de lo único que estaba seguro y aun no había descubierto acerca de aquello que vio.

Lo único que podía pensar era en la profecía y los pensamientos por sobre ella ¿Debía matar a Voldemort? Él lo haría, pero no era lo correcto, tampoco era correcto lo que Voldemort hacia y sus medios para obtenerlo.

— Era la abuela Walburga — pensó en voz alta cuando miro la piedra —. Era ella.

Indeciso e inseguro tomo la roca en sus manos, abrió la puerta disimuladamente y miro por todo el descanso, miro hacia arriba y hacia abajo, cada puerta en las escaleras estaba cerrada. Bajo los escalones de dos en dos hasta llegar al vestíbulo. Prendió algunas luces en su camino, esperando poder encontrar respuesta a su incertidumbre.

Cuando llego ante el cuadro comenzó a jugar nuevamente con la piedra negra lentamente, dándole varias vueltas, sin saber cuántas eran necesarias. Miro al frente ante cada vuelta, aunque nada paso, desilusionado la guardo en su bolsillo, fue cuando vio aquella imagen espectral, y no estaba sola, un par de escaleras arriba estaba el Abuelo Orión, joven, no tenía su barba en forma de candado, su cabello corto y peinado hacia atrás.

— Abuela Walburga, Abuelo Orión — dijo esperanzado.

Aquellos seres asintieron con la mirada, se veían mucho más severos que las mismas imágenes que los representaban y mucho más intimidantes. Orión tenia las manos en la espalda, se veía recto, todo su traje era negro, salvo por la camisa blanca y la corbata color verde que llevaba. Walburga tenía un largo vestido negro que incluso tenía un cuello alto, su cabello estaba recogido en un rodete y sobre el había un sombrero negro.

Estaba seguro que no eran ecos o fantasmas, se asemejaban mucho a Tom Ryddle cuando salió del diario, con la apariencia de 16 años, pero vestían tal cual como una vieja imagen que vio, un cuadro donde estaban el tío Regulus y Sirius cuando jóvenes, quizás antes de entrar a Hogwarts, o quizás cuando ambos ya estaban en Hogwarts, cursando el tío Regulus su primer año y Sirius el segundo.

— ¿Saben quién soy? — pregunto mirando a ambos.

— Cabello negro, un tanto desprolijo — señalo Orión mirando con severidad —. Anteojos, ojos con deficiencia visual, aire de arrogante.

— No soy Arrogante, lo sabes Abuelo — interrumpió enojado.

— Una actitud temeraria, Gryffindor sino, eres el hijo de James Potter — termino.

— Ahijado de Sirius — acoto Walburga.

— No me reconocen...he hablado con ustedes todos estos años.

— Los cuadros no están conectados a nosotros, no son más que simples representaciones, son la impresión del pintor sobre nosotros.

— ¿Son ustedes? ¿Entonces son los verdaderos Orión y Walburga Black? ¿Los padres de Sirius y Regulus?

— Somos un vestigio traídos por un poder más allá de cualquier entendimiento, no somos fantasmas, no temimos a la muerte, sino que la aceptamos, nosotros avanzamos de este mundo cuando llego el momento— respondió Orión con un aire solemne —. No pertenecemos aquí.