El Nuevo Black II

El castigo de Dolores

Después de la clase todos salieron riendo hasta que Dolores Umbridge llamo a Harry y le entrego un pergamino de color rosado, el tío Regulus había desaparecido y Harry no tuvo más que obedecer sin más. Las instrucciones eran claras, Harry debía llevar ese pergamino al despacho de la profesora McGonagall y entregárselo. Harry estaba seguro que, al igual que como paso en primer año que el rompió las reglas y fue nombrado buscador de Quidditch algo bueno podría pasar, después de todo McGonagall era lo suficientemente buena profesora, compendia.

Apenas entro y la profesora leyó el pergamino este le dijo que esperara ahí, salió del despacho de manera apresurada, media hora después, cuando Harry se puso a jugar con el tintero, regreso a la profesora McGonagall, ahora acompañada por el profesor Snape. La profesora McGonagall se sentó en su silla, mientras Snape se quedó mirando a Harry, detrás del asiento donde este estaba sentado.

— Es la primera vez que un padre o tutor está presente, Severus creo que sabes no podía desaprovecharlo — dijo en un tono de entusiasmo —. Siempre quise hacer las llamadas reuniones profesor con los padres...

— ¿Qué hizo? — dijo tajante.

— Bien, según el pergamino, mandando por la profesora Umbridge, Harry Potter le grito en clase.

— ¿Qué? — pregunto mirándolo seriamente.

— La ha llamado mentirosa e inepta.

— ¿Qué dijiste que? — pregunto mirando a Harry —. Yo no he criado a un irrespetuoso...

— ¿Le has dicho que El-que-no-debe-ser-nombrado ha vuelto?

— Si — asintió Harry a todas las acusaciones.

— Y fuiste parte de los alumnos que se burlaron de manera categórica de la profesora.

— El tio Regulus le estaba demostrando la importancia de encantamientos de defensa que ella no quiere enseñar, además de dar una muy buena charla que dejo esclarecido a todos.

— ¿Está contigo? — pregunto tajante —. ¿Cómo entro?

— Por la probable sospecha de su forma de animago y su identidad como tal, le ordene que se quedara en Grimmauld Place con su estúpido hermano — respondió tajante —. No sabía que había venido.

— Tengo entendido que ya ha hecho intervenciones en el pasado.

— Dos en primer año, una en la clase de vuelo ayudando a Longbottom a no matarse y una en clase de pociones, ayudando a Longbottom a no matarse — respondió girando los ojos —. Pero es consiente de las fallas de seguridad del primero de septiembre.

— Puedes comer una galleta, Potter.

— Profesora McGonagall este comportamiento no es para ser felicitado, gritarle a un profesor.

— No es lo correcto, pero Debes tener cuidado, Potter.

— Creo que no nos estamos entendiendo.

—A veces ustedes dos parecen pensar igual — dijo la profesora acercándole a ambos un tarro de galletas —. Sabemos de dónde viene y donde están sus lealtades, y su discurso de bienvenida fue claro.

— Intervinieron Hogwarts — exclamo Harry —. Pero...

— Debes andar con cuidado y tu Severus también, todos conocemos tu temperamento, y sobre Regulus Black, dile que no vuelva a interferir.

— No puedo decirle que no interfiera, va a hacer lo que el crea correcto de todas maneras, tengo bastantes años lidiando con él.

— Que curioso, era un chico muy educado, obediente y trabajador.