La Mision

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Una inspección a Gringotts fue lo único que necesito hacer Severus Snape cuando llevo la caja con las Dagas de Orión Black a ser revisadas por un duende, pero para ser especifico necesitaba que el duende de su entera confianza pudiera identificarla, y solo había un duende en el que confiaba, Gornuk

Gornuk era un duende de baja estatura, pero más alto que Hoppy, de dedos largos, oreja larga y nariz puntiaguda, como todo duende de Gringotts. Pero a diferencia de otra tenia ojos oscuros y cabello cano, una voz suave y un tanto grave y al mismo tiempo era sumamente perspicaz.

Gornuk había sido el duende que tantos años atrás había presenciado a un niño de seis años asustadizo, oculto en la larga túnica negra como la noche

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Gornuk había sido el duende que tantos años atrás había presenciado a un niño de seis años asustadizo, oculto en la larga túnica negra como la noche. No era algo difícil de notar, se trataba de un niño de cabellos negros y lentes un tanto grandes para él. Ese día no solo se había enterado de que, en frente tenia al guardián de Harry Potter, y de varias cosas que pasaron, burlando a Gringotts.

Como bien decía la inscripción en la entrada, aquellos que tomaban lo que no se habían ganado pagarían con creces lo robado y el castigo por la codicia a Vernon Dursley fue satisfactorio para él, no solo dejo esa misma tarde de percibir dinero por un niño que no cuido, sino que con creces fue perdieron oro por cada centavo que no invirtió. Gornuk cada vez que veía aquella transacción que se realizaba mes a mes se deleitaba, los ahorros para su jubilación, ahorros para un coche nuevo, Vernon Dursley termino por perderlos y como había pedido el profesor Snape, debía hacerse de manera tan disimulada que no lo notara, por lo que aún no terminaba de pagar por su pecado, la codicia.

Gornuk luego, varios años después, volvió a ver a entrar a Harry Potter por la puerta de Gringotts, y a diferencia de otros magos, el realizo el saludo como era debido, "Que su oro crezca" le dijo, "Que caigan sus enemigos" le respondió aquella vez, contrario al semigigante que le acompañaba que solo le hablo en un tono tosco y poco adecuado, Gornuk supo que Harry Potter había sido bien criado, era un mago adecuado.

No era habitual que un duende se aliara con un mago, pero Snape era uno de los pocos magos que realmente era agradable a los Duendes y el hecho que criara a Harry Potter para que los respetara y no fuera como otros magos o brujas, lo hacía digno de respeto. Gornuk sin siquiera se lo pidieran había mantenido el secreto de quien crio a Harry Potter al ver los resultados ante sus ojos.

— ¡Oh! Profesor Snape, no esperaba verlo aquí — exclamo el duende colocándose los anteojos en forma de medialuna —. Dígame, ¿Qué lo trate al banco de Gringotts?

— Transacciones importantes — dijo —. Necesito un duende de confianza.

— Soy el indicado, sígame — exclamo Gornuk dando un salto desde el alto mostrando —. Bogrod, hazte cargo en mi ausencia.

— ¿Cómo va...el regreso de los fondos de Potter? — pregunto disimuladamente.

— Excelente, excelente, en dos años se concretará el regreso del oro robado con los intereses — respondió, entonces se abrió una puerta de acerco haciendo un chirrido —. He querido enviarle una lechuza para darle información, pero la situación se ve complicada...profesor Snape.

El Nuevo Black IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora