11. ¿Aquí termina todo?

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Narras tu:

—Aquí.

—¿Aquí?

—Sí.

—Mi señora, ¿No cree que es un poco...aterrador?

Le sonrío—No hay nada aterrador en un bosque—Nada, a ecepción de mí—No es como si un monstruo viviera aquí—El monstruo soy yo—Ahora, trabajar.

Los sirvientes se miran entre ellos, no dicen nada, pero estoy segura que por dentro tienen un mar de preguntas picándoles la lengua y curiosidad.

Inseguros, dan un paso y dejan las herramientas en el suelo, avanzan y empiezan a escarbar en la espesa y oscura tierra.

Muy bien. Perfecto.

Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cinto...Mmm~ cinco y medio si cuento al chico que apenas es mas alto que yo. Sí. Ellos bastarán para construir la cabaña en el bosque.

Mí cabaña.

Mí lugar privado.

Mí propia cabaña.

Mí espacio para practicar mi magia sin ser molestada o acusada.

Perfecto.

El lugar está en el medio del bosque, a donde sea que mires, hay miles y miles de árboles, tan altos, que apenas puedes ver la copa de ellos. Miro hacia arriba. Hay ligeros rayos de luz que se asoman entre las hoja, trazando una trayectoria desde el cielo hasta mi rostro, sonrío. Es medio día, pero aquí, en lo profundo del bosque, parece como si ya fuera a anochecer.

Definitivamente el bosque era muy extenso. Un paso en falso y puedes perderte en la inmensidad inconmensurable de los millones de árboles con formas extrañas, retorcidas, amenazantes y gigantescos.

Cierro los ojos imaginando lo tranquilo que tiene que ser de noche por aquí. Tan~ hermoso. Me recuerda a cuando era niña y jugaba en el bosque alrededor de mí tan humilde casa.

Regresando al tema, había planeado tener un lugar solo para mí desde hace tiempo. Un lugar el cual no había necesidad de tener sirvientes o damas de compañía que me buscaran conversación forzadamente. No. Solo una cabaña pequeña. Con las cosas necesarias para una persona. Caliente y relajante. Solo para mí.

Al estar en el medio del bosque. Nadie sospecharía, o ni siquiera se atrevería a investigar qué hay más allá de lo que la vista les permite. Su miedo a lo desconocido y oscuridad no les permite. Por eso decidí construirlo aquí.

Mi propio pedacito de cielo.

Bueno. No es como si pudiera merecer un genuino pedazo de cielo después de todos los pecados que he cometido. Pero me doy a entender.

Con respecto a mi orden para empezar a contruir la cabaña, pasaron unos largos meses, donde mis sirvientes diseñaron con cuidado y perfección el diseño de la casa. Íbamos todos juntos desde que el sol salía, hasta que estaba por esconderse. Ellos construían, mientras yo supervisaba o me adaptaba al entorno, a los alrededores de la cabaña y sus criaturas escondidas por ahí.

Y cuando por fin la cabaña estuvo lista...

—Mi señora—Me llaman—La cabaña está terminada. Tal y como nos pidió. Dos habitaciones, sala, cocina y baño. Todo del mejor material para que sea resistente para usted—Me dicen, teniendo cuidado con cada palabra que dan.

Me doy la vuelta para mirarle, observo con atención al hombre con la mirada clavada en sus propios pies. Detrás de él, se encontraban el resto de los hombres que ordené construir la cabaña. Todos ellos permanecen frente a mí. Mirando hacia sus pies, las manos atrás, y sus oscuras pieles sudadas por el esfuerzo.

Un poder superiorOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz