33. Sospechas.

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Mis queridos lectores, me emociona mucho comunicarles que una personita muy linda a querido hacer unos dibujitos de esta historia, algunas referencias que podrían tomar para su imaginación tan bomnita
:3. Esa personita esa IsabelCHernandezRobl
Por favor. Vayan a su historia, vean sus fantásticos dibujos, y siganle. 💪✨👀

Narras tú

Me había adaptado más rápido de lo que creí a mi apariencia demoníaca. Verme al espejo cada día era acostumbrarme a esta forma antropomorfa. Orejas, cola, garras, piel oscura y pálida a la vez, ojos dorados que iluminan mi rostro.

Me había adaptado a esta yo. Verme en una forma humana era lo nuevo extraño. Por ello, debía estar atenta a dónde iba con esta apariencia canina.

—Espera, espera—Detengo mi caminar para acariciar mis orejas—Déjame...quitarme...estas cosas...

Mis manos acarician mis orejas, ellas lentamente se agachan hasta mezclarse con mi cabello y desaparecer por completo, sacudo mi cabeza, los mechones de cabello golpean mi rostro

Suspiro. Eso es.

Prosigo a ver mis manos, la negrura que las cubre y les da esa apariencia tenebrosa va desapareciendo lentamente, dejando paso libre a una piel rosada...pero fría.

Miro a Alastor. Sus ojos miran mis manos con atención. Detallando como el color se desaparece y mis garras regresan a un tamaño normal.

—¿Puedo saber qué piensa señor?—Pregunto burlona al ver sus ojos brillantes.

Sus ojos castaños me miran. Su sonrisa se amplía—Su forma humana es bastante convincente, señorita_____.

Asiento—La transformación es una parte fundamental del conocimiento en magia. Además. Fuí testigo por mucho tiempo de varios tipos de magia—Presumo mientras sacudo la manga de mi vestido—Las manejos todas un poco, pero mis favorita es la magia negra, claro.

Ladea su cabeza—¿Y con esos conocimientos de magia negra, logró casarse dos veces, querida?

Suelto una carcajada—¡Ja!—Reduzco el paso— El casarme dos veces no me hizo más que envejecer 5 años cada día—Me cruzo de brazos—Mis dos esposos fueron tan diferentes entre sí, que podría jurar que uno está en el infierno ahora mismo. Y el único motivo por el que no me he contado a Walter en el infierno es porque el tonto me tiene miedo—Gruño.

Lo veo sonreír un poco más. ¿Esa sonrisa no parece tener fin?—¿Puedo cotillear un poco más sobre su vida?—Pregunta— A decir verdad no conozco mucho sobre tu pasado.

Suelto un bufido—Estamos igual señor Alastor. Estamos igual—Extiendo mi mano hacia él, y Alastor la toma mientras da un beso en mis nudillos, sus labios tan cálidos calientan mis manos heladas. Luego de eso, entrelaza su brazo con el mío para seguir nuestro camino—Recuerdo que Walter era un hombre muy abusivo. Tan educado y gentil frente a otros. Y tan brusco y diferente cuando a sus sirvientes o a mí se trataba—Pongo una mano sobre mi mejilla, recordando un momento horrible durante mi matrimonio con él—Llegó a golpearme una vez—Confieso.

Alastor se tensa—¿Le golpeó?

Asiento—Él detestaba mucho que yo hablara con los sirvientes de color en la casa. Eso, además de que lo ponía rojo en rabia cuando les tratara con gentileza—Niego—Fué tan bruto. Tan diferente a William. Él era un hombre gentil, amoroso, sabio y amable—Sonrío inconcientemente—Trataba a todos con sumo respeto y me daba regalos cada que podía.

Un poder superiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora