41. Bienvenido al infierno, Alastor.

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Pateé la silla en frustración cuando ella se fué.

¡Se fué!

¡Ni siquiera me explicó correctamente por qué estaba en peligro!

¿Y si la dañan?

Ella es peligrosa, muy poderosa. Pero estoy seguro que nadie derrota al rey del infierno.

Paso una mano por mi cabello, siento mi cuerpo temblar. Tengo un mal presentimiento.

¡Ella no puede dejarme así aquí!

Me encamino a la puerta de mi hogar, dispuesto a irme tras ella a pesar del peligro y advertencias de su parte. Tomé el pomo frío de la puerta y al abrirla...

—¿Señor Jonhs?

La mano del padre de Mimzy estaba extendida en el aire, a punto de tocar la puerta de mi hogar. Me sonríe amable—¡Alastor! Amigo mío. Lamento venir a estas horas de la noche.

Sonrío—No es problema—Lo es— Adelante...pase.

Este entra y se sienta en la mesa. Mira a todos lados buscando algo.

—¿Ibas a algún lado, Alastor?—Pregunta. Sus ojos oscuros tienen algo en ellos. Un brillo extraño.

Suspiro—Iba a buscar unas cosas. Pero puedo ir mañana sin problema—Respondo con toda la tranquilidad del mundo, fingiendo serenidad.

El padre de Mimzy asiente—¿Y...dónde está ______?

—Oh...¿Ella? —Me siento en la mesa. Justamente frente a él—Está dormida. Por favor. Intente no hacer tanto ruido.

Él mira la mesa. Sus dedos repiquean en la madera una y otra vez—Debe estar cansada la pobre.

Asiento—Fué un día muy duro.

—Sí...lo fué—Hay un momento de silencio entre ambos. Este lame sus labios antes de tomar aire—¿Tiene usted algún interés en ella, Alastor?

Parpadeo—¿En ______?—Acomodo mis lentes. Me había tomado por sorpresa debía admitir—¿Por qué la pregunta?

Se encoje de hombros—Aquí entre nos...—Su voz disminuye. Susurrando para no ser escuchado—Me parece una mujer muy interesante—Dice—¿De dónde dijiste que venía?

Mi sonrisa se tensa—De un pueblo poco conocido en las montañas del sur. No recuerdo bien el nombre—Miento perfectamente.

Los ojos del señor Jonhs me miran fijamente—Del sur...ya veo—Toma aire—Ella parece ser de una familia adinerada. Oh mejor aún. De una familia muy diplomática. ¿Alguna influencia con el gobierno quizás?—Ladeo la cabeza confundido—Sus modales son impecables, tiene un asento muy antiguo y algunas veces no parece reconocer algunas cosas de hoy en día.

Maldigo por dentro.

—Bueno. Siendo la hija de una amiga de mí padre, no me sorprendería que fuera de buena familia. Aún así, como dije, viene de un pueblo. Tal vez la ciudades le abruman.

—Sí...Tal vez.

Hay un momento de silencio nuevamente. Incómodo. El señor Jonhs mira mi hogar con mucha atención, buscando algo que desconozco. Me da mala espina eso.

Sigue hablando—Como decía. Ella me llama la atención, señor Alastor. Me gustaría invitarla a cenar.

Mis dedos se entierran en la tela de mis pantalones por debajo de la mesa. Mi sonrisa flaquea un poco—¿No cree que hay mucha diferencia de edad?—Pregunto fingiendo demencia—Ella es casi de mi edad. Y usted...bueno, le dobla la edad, señor Jonhs.

Un poder superiorWhere stories live. Discover now