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Con tan solo escuchar su nombre hace que muchos se estremezca en su lugar.
Imaginan sangre.
Huesos.
Cuerpos desmembrados.
Y por supuesto...Un apetito singular por la carne.
Carismáticos, sonriente, cortés y a la vez cruel.
Todos al escuchar ese no...
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~Sí. Estoy viva, lamentablemente.
Pero quería disfrutar de mis buenas vacaciones ahora que me gradué de la escuela, estar fuera de estrés. Me lo merecía,
Espero poder actualizar más a menudo ya que no tengo, ni tendré, que preocuparme por las tareas de la escuela.
Ahora me falta la universidad 💀. Pero eso para luego.
~Disfruten~
Las canciones pueden ser dedicadas a un objeto, lugar, momento o Incluso a tí mismo.
Pero estoy segura que ella no se lo estaba dedicando así misma o algo. En realidad...era a alguien.
Alguien a quien le encanta el rojo.
Mis ojos se dirigen con disimulo hacia mi derecha. El demonio rojo de la radio miraba con seriedad el escenario, a seriedad me refiero a su sonrisa vacía y sin ninguna emoción tras ella.
Se veía tenso.
Mis ojos miran de nuevo el escenario.
Bueno, bueno, ¿Qué tenemos aquí? ¿Se conocen?
Mis ojos dorados brillan ligeramente cuando intento averiguar la identidad de esa mujer. La analizo.
Tiene un vestido negro, brillante y con algunas perlas. Una ligera corona del mismo color negruzco reposa firmemente sobre su rubio cabello, la tiara hacían juegos con sus pendientes y ojos. Un maquillaje ligero cubre su pálido rostro. Ladeo la cabeza.
Se me hace familiar. ¿De dónde será?
—Parece que eres el centro de atención de la cantante—Río mirando a Alastor.
Este suspira con desdén, su mano toma la copa de vino a su derecha—Lamentablemente. Sí.
Frunzo el ceño—¿Te disgusta ser el centro de atención?
Niega—Me disgusta ser el centro de su atención, Cariño—Aclara amargamente evitando el contacto visual, su mirada se concentraba en el contenido de la copa.
Muerdo mis labios—¿Ella es con quién hiciste el trato?—Pregunto con la curiosidad a mill.
Asiente—Y ahora debo cumplir.
Mantengo silencio luego de ello. Al parecer no es un tema de conversación de su agrado. Me limito a observar.
La gente en la primera planta enloquece por completo cuando la chica regordeta termina su canción. Ella saluda con la mano a varios de sus aclamadores del público. Detrás de las violetas cortinas del escenario aparece un caballero de apariencia casi humana a ecepcion de su color de piel extremadamente pálido, puedo decir que incluso gris.
