36. I'am

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No les voy a mentir...me da pereza corregir los capítulos. Pero al mismo tiempo me niego a publicarlos sin hacerlo. 🤓



Desde que nací, tenía el presentimiento de que iba a pasar algo especial conmigo.

Desde que nací, sabía que estaba destinada a algo grande.

Desde que nací, sabía que era...diferente.

Desde que nací, supe que sería alguien.

Y sí. Tal vez no fuí la reina del mundo. Pero logré mucho más de lo que cualquier mujer logró llegar en mí época.

Tal vez no logré ser una heroína. ¿Y qué? ¿Qué importa? Los héroes están sobrevalorados, los héroes ya pasaron de moda.

No soy una heroína.

Nunca busqué serlo.

No nací para eso.

No...Yo soy una villana.

Una pesadilla.

Una mujer.

Yo soy ______.

Lucho por mis propios motivos. Lucho por lo que creo correcto y por aquello que me convenga, pago el precio que tenga que pagar, no soy una cobarde.

Tampoco puedo llamarme una mujer no rencorosa. Oh~...claro que no. Soy bastante rencorosa. Pero también soy amante de la frase "La venganza es un plato que se sirve frío" 

Soy paciente.

Sé esperar el momento adecuado.

Lo cual me lleva al aquí y ahora.

En esta noche de luna llena. En esta noche despejada, donde las estrellas gobiernan la noche junto con la luna, donde las personas duermen en calma.

Donde la oscuridad es la luz para los entes pacientes.

Tan pacientes...como yo.

Suelto un suspiro. Un intento de relajar mis pulmones tensos en emoción.

Hoy es el día.

¡Hoy era el día!

Bueno...noche. Hoy es la noche.

El pueblo de Nueva Orleans, tan pacifico, tan... interesante por los tantos rumores de que la magia era parte de cada ladrillo y piedra de este pueblo.

Me tomaba mi tiempo de observarlo. Me tomaba mi tiempo de detallarlo. Me tomaba mi tiempo de pensar.

Pensar en mí.

En mí madre.

En mis maridos.

En el pueblo.

En mí vida y no vida.

—Es una hermosa noche, mi amor.

Sonrío—Lo es, mi cielo. Lo es—Me giro para ver al desendiente de mi primer marido. Jerry Walter.

Sus ojos azules se iluminan emocionados por haberle respondido tan cálidamente. Me toma de la mano para besarla.

—Espero sus órdenes. Mi _______—Dice.

Acaricio su mejilla—Lo sé. Espera un minuto ¿Sí?

Camino lejos de él, dirigiéndome a mi querido chico radio.

Le sonrío—¿Nervioso?

Sus ojos marrones se van convirtiendo lentamente en unos ojos rojos, su sonrisa es iluminada por el brillo de sus ojos—No sería la primera vez que mato a un inocente.

Un poder superiorWhere stories live. Discover now