13. Siempre hay un punto y final en toda historia.

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La combinación de sabores se mezclan en mi boca, una explosión. Siento que descubrí un mundo nuevo, un mundo inexplorado, un mundo tan... delicioso.

Si hubiera sabido que la carne humana sabría tan bien. ¡La hubiera comido mucho antes!

Limpio mi boca con una servilleta, con un plato vacío frente a mí—Delicioso—Murmuro.

Me levanto de la mesa para salir de la cabaña. Suelto un suspiro, satisfecha de la exquisita cena que acabo de tener. El frío viento que choca contra los árboles y sus hojas inmensas, llega hasta mí. Golpeándome con crueldad las mejillas y el rastro húmedo en ellas.

Ya había llorado mucho. Aún así, las lágrimas parecían nunca dejar de fluir por mis traicioneras cuencas.

Al salir, puedo ver a mis queridos cachorros emitir gruñidos sonoros y fieros, se están peleando por una mano vuelta trizas. Pero mi Tenebris, el que se a vuelto un fiel sirviente, cuidador, compañero y lobo favorito, se abre paso y de un gruñido los hace salir corriendo. Su cola se menea y se adueña de la mano. La devora

Ladeo la cabeza viéndolo. Fué bastante rara la conexión que tuve con él la primera vez. Y aún más raro fué que haya hecho un pacto con él.

Ví en sus ojos un alma fuerte.

Y el vió en los míos alguien a quien no le teme ir a lo desconocido.

Hice mi alma y la suya una sola. Y ahora es mío.

Suspiro. Dirijo mi mirada hacia debajo de mi vestido, a mi pierna.

Está como antes.

Como nueva.

Como si nunca hubiera existido piel muerta y partes de piel desprenderse como hojas secas de un árbol. El comerme a la que era amante de mi ex marido resolvió el problema.

Ahora que lo pienso. Ellos estarán juntos ahora. Al igual que mi madre y su hijo no crecido, mi hermano. Miro al cielo por instinto.

El comer carne no será solo esta vez. Tendré que hacerlo constantemente para que la magia no salga de mi cuerpo y mate a alguien, como lo hizo con mi madre, o no me consuma el cuerpo.

Beneficios altos. Pagos altos.



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Un mes después. La lluvia era bastante fuerte estos días. Bueno, para las cosechas y algunas personas de bajos recursos.

La ventana impedía entrar las gotas dentro de la habitación, el viento iba tan fuerte que hacía pequeños remolinos de viento, llevando consigo las hojas secas de los árboles.

Suspiro con la vista fija en ese pequeño remolino. Pero mis pensamientos están fijos en lo que haré de aquí a unos meses.

Ya tengo todo.

Poder.

Casas.

Terrenos.

Vestidos y joyas finas.

Comida en abundancia. Probé la leche y mantequilla.

Respeto.

Un esposo...aunque no lo amo. Tampoco me interesa buscar un amor por ahora. Tal vez nunca.

Mi magia es tan poderosa que hasta puede acabar conmigo.

Vaya...

Tengo todo por lo que luché desde tan pequeña.

Un gemido me hace levantar la mirada, la dirigí con lentitud hasta la cama donde se encontraba mi marido, William. Me levanto dejando el libro que leída a un lado.

Un poder superiorWhere stories live. Discover now