—¿Café?
—Eh...No.
Su risa resuena ligeramente—Un buen café siempre es bueno para despertar.
—O para aumentar la hiperactividad—Gruño—¡Mierda! Le arrancaré la cabeza a esa perra.
Escuché como Alastor se ahogaba con su bebida. Tose. Se da unas palmaditas y se recompone—No dejas de sorprenderme con tu lengua afilada.
Voltee a ver con disimulo—Lo siento—Dejé caer mi celular con fuerza sobre la mesa, ni reparé en su estado. Tenía un infierno ardiendo dentro y peligraba en salir.
Dejé salir un suspiro.
Alastor aparta la tasa de sus labios para verme con cuidado—Algo te inquieta.
Acaricio mi frente—Sí...
El venado deja su tasa en la mesa para proceder a sentarse frente a mí— ¿Piensas...contarme? O tengo que hacer un trato contigo para desentreñar tus nublaciones mentales.
Me rio. Esta vez me tomé el tiempo de verle; Tenía puesto una franela negra manga larga, junto con un pantalón beige de vestir que...
Bueno.
Le quedaba estupendo.
Sobre todo porque puedo ver su colita, chiquita, esponjosa y rojita. ¡Adorable!
—Mi único asunto es tu colita que parece feliz de verme—Bromeo viéndolo.
Su sonrisa desaparece, mira con velocidad su cola, que de verdad se está moviendo emocionada cada que me ve.
Ríe nervioso—¡N-no es lo que crees! Solo que tienes razón respecto al café...Hace hiperactiva a la gente.
—Te tomaré la palabra—Digo en un tono bromista mientras deslizo mi dedo por su mentón—No quisiéramos que el gran y poderosisimo demonio de la radio quede humillado por un poco de café en su sistema ¿Verdad?
Su mano toma mi dedo con lentitud para envolverlo—Sí...—Retoma su sonrisa—E-eh ¿Desayunamos?
—Uy, ¡por favor!—Besé su nariz de una manera estruendosa—Panqueques. ¿Sí?
Una breve estática y distorsión lo rodea por segundos. De un segundo a otro estaba al otro lado de la cocina empezando a hacer la mezcla.
—¿Lo quieres con un poco de sangre espesa por encima?—Pregunta, su colita está tan arriba y respingada que me saca una risa.
—Sí, por favor—Me limité a mirarlo desde la mesa, una sonrisa se me escapaba al verlo asustado por mi acercamiento.
Algunas cosas nunca cambian.
Decidí dejarlo en paz, por ahora, y solo sentarme a verlo cocinando, cosa que le encanta e insiste hacer a primera hora.
—Tantos años...Y aún te herizas por mi toque, Alastor.
—Oh, bueno. Eres la única que se atreve a tocarme. Y aún no me acostumbro, a pesar de que he dejado más que claro que no me gusta.
—Mas que tocar, prefiero decir "Rozar" Alastor—Río—Y además, nosotros tenemos...—Mi voz se detiene de golpe a ver qué mi teléfono está sonando—¡Al fin! ¡Esa perra va a escucharme! Si no, lo hará a la fuerza.
Con rabia y las oreja hasta arriba contesté el teléfono. De inmediato escuché un "Habla rápido. Estaré en vivo en 10 minutos"
—¡Perra, que no se te olvide quien fué la que te consiguió el puto trabajo!
Hay unos segundos de silencio. Suspira—Bien, tengo 20 minutos. ¿Qué es lo que quieres? No llamas solo para saludar.
—Así es—Sonrío—Vine a cobrar mi favorcito, Killjoy.
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Un poder superior
Hayran Kurgu> Con tan solo escuchar su nombre hace que muchos se estremezca en su lugar. Imaginan sangre. Huesos. Cuerpos desmembrados. Y por supuesto...Un apetito singular por la carne. Carismáticos, sonriente, cortés y a la vez cruel. Todos al escuchar ese no...
