10. Está bien.

679 112 50
                                    

Algunas personas utilizan métodos ortodoxos para relajar su mente y cuerpo, suelen hacen cosas como dibujar, salir a pasear, ver la naturaleza, hacer yoga.

En cambio, mi manera no era tan... ortodoxa. Digámoslo así.

—¡Oh joder! ¡Vamos, vamos, vamos! Mierda. Oh, mierda. Eso es...¡Eso es!. Me follas como si me odiaras. Me encanta.

—Shh, shh. No seas ruidoso cielo.

Mis manos oscuras se escurren por su pecho y siguen el recorrido hasta sus muñecas, con fueza levanto sus brazos por encima de su pantalla para inmobilizarlo. Vox, quién está debajo de mí, a mi merced, abre sus ojos eléctricos en sorpresa. Sonrío maliciosa.

—¿Qué vas a...?—Él cae en cuenta cuando me ve levantarme lentamente— ¡No, así no!

Niego con la cabeza lentamente. Mi sonrisa es reflejada en su pantalla y el brillo de mis ojos hace que dos puntos amarillos se refleje en sus ojos.

Iba a torturarlo.

Siento la punta de su entrepierna rozando con mi intimidad, un toque traviezo y con ligera timidez. Palpita.

De un solo brinco me sumerjo en su dureza, en su caliente y azul erección que abrió mi interior de manera exquisita. Gimo.

Vox tiembla cuando empiezo a repetir los sentones una y otra vez. Era su perdición. Estar sumiso no es algo a lo que está acostumbrado, y la sensación lo está consumiendo.

Lo siento crecer un poco cuando está en mi interior, palpita, se entremese, tiembla.

Va a venirse. Y me lo confirma.

—V-Voy...a...venir en cualquier ¡Ha! Momento...—Jadea. sus manos se aprietan contra la almohada.

Asiento con dificultad—Anda, hazlo.

Dicho esto, Vox aprieta su mandíbula mostrando esos dientes azulados y afilados, su columna se dobla al momento de su climax.

Siento como su esperma azulada me llena lentamente. Suspiro.

Vox deja salir un gran y enorme gemido final. Está satisfecho—Wao. Hoy estuviste—Respira hondo—...Wao—Ríe—Sí que tenías un poco de molestia que sacar ¿Uh?—Regresa sus brazos a sus costados, dejando que ya no le apricione.

Me encojo de hombros satisfecha con mi trabajo antes de dejarme caer un lado de la cama para descansar las piernas. Me sentía agotada.

—Ha Sido una semana llena de mierda—Murmuro.

Se ríe—Lo noté. ¡Mira mi pene! Aún tiembla—Le hago caso y miro su entrepierna. Su miembro, de un color azul profundo goteaba y temblaba aún de la exitación. Río—Fué un bueeeen orgasmo.

Le doy la razón.

Extiendo mi mano para tocar mi vientre. Siento el líquido en mí, espeso, burbujeando y escurriendo. Arrugo mi nariz con molestia.

Las manchas oscuras de mis manos se hacen ligeramente blancas cuando que, con magia, saco todo el semen de Vox de mi interior. Una esfera azulada y blanca se forma en mi mano.—Mira tu porquería—La miro en mi mano con atención—Eew. La próxima, ponte condón. Detesto esta cosa dentro de mí.

Vox mira su semen flotando en mi mano—Me da escalosfrios ver cómo haces eso.

Río—Debiste ver cuando me hice estéril a mí misma. Fué un río de sangre—Suelto una carcajada al recordar.

Sonríe ligeramente—¿Sabes? Es una ventaja tu magia. No puedes tener enfermedades, rasguños o alguna cicatriz...me gustaría tener magia.

Guardo silencio por un momento —No. Créeme. No quieres tenerla—Aclaro mi garganta—La magia es muy complicada. Más de lo que puedo admitir. Y sí puedo tener heridas—Aclaro.

Un poder superiorWhere stories live. Discover now