𝘐𝘐𝘐. 𝘖𝘯𝘦 𝘕𝘪𝘨𝘩𝘵

6.4K 538 231
                                    

Llegué a mi casa después de las 7:00 p.m. y en seguida me metí a la bañera.

—Ahhhhh—. Solté un suspiro y luego me detuve a pensar un momento mientras me recostaba y jugaba con el agua a mi alrededor.

Se supone que tenía que decírmelo, al menos un comentario pudo hacer a cerca de esto.
¿Cómo diablos terminé así?

Mi imprudencia una vez mas acaba de hacerme quedar como una estúpida.

Después de una larga ducha, salí y tomé de mi armario un vestido largo, color negro, con la mitad de la pierna descubierta.

Realmente ese vestido solo lo compré alguna vez para una boda, al final de cuentas, nunca termine usándolo.

Maquillé ligeramente mi rostro y acomodé mis prendas interiores, iba a seguir con el maquillaje ligero que estaba por hacerme pero llegó una notificación a mi celular y lo tomé para revisar quién me había escrito.

Maquillé ligeramente mi rostro y acomodé mis prendas interiores, iba a seguir con el maquillaje ligero que estaba por hacerme pero llegó una notificación a mi celular y lo tomé para revisar quién me había escrito

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Terminé de maquillarme y acomodé mi vestido en lo que esperaba la llegada de aquel hombre.

Después de terminar de arreglarme, subí rápidamente para buscar mis zapatillas. Soy un poco descuidada u olvidadiza, como quieras llamarlo, siempre me olvido del lugar en donde dejé mis cosas, aún así las haya dejado hace 2 minutos en tal lugar.

En cuanto las encontré, me sorprendió el sonido del timbre y en seguida bajé.

—Hola—. Dije apurada, tratando de acomodar mi cabello.

—Bu-buenas noches—. Tan solo respondió entre cortado y se quedó observando mi rostro, ni siquiera bajó la mirada como para notar que estaba descalza.

—Buenas noches, señor. Casi estoy lista, si gusta puede pasar—.

Huele bien. Me gusta... su perfume.

—Con permiso—. Pasó y lo primero que notó fueron las pequeñas plantas que tenía colgando de arriba.

 Pasó y lo primero que notó fueron las pequeñas plantas que tenía colgando de arriba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Su casa se parece a usted, señorita Von—.

—Si, es linda—. Me voltee hacia el y le regalé una sonrisa, pero este rápidamente volteó hacia otro lado.
—Puede ponerse esto—. Le entregué unos zapatos más cómodos.

Paraíso | Nanami KentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora