𝘟𝘐𝘝. 𝘝𝘪𝘴𝘪𝘵𝘢

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—Vienes conmigo?—. Preguntó mientras se acomodaba el saco.

—A dónde irás?—. Me levanté del sofá y dejé a un lado el celular para poder prestarle atención.

—Iré a ver cómo va todo en la empresa—.

—Pero, estás seguro de que puedo ir?—.

—Claro—. Se acercó a mí y acomodó mi cabello.

—Está bien. Solo iré a cambiarme—. Corrí rápido hacia la habitación para buscar algo de ropa.

A pesar de que eran las 6:00 p.m. no estaba frío el clima, estaba "considerable" como lo llamaba. Mientras elegía entre llevarme un vestido o ponerme tan solo un pantalón con algo arriba, recordé algo.

—Kento—. Lo llamé para que viniera a la habitación pero para mí sorpresa, estaba por entrar. —Lo siento, pensé que estabas en la sala—.

—Qué pasa?—.

—Dijiste que nada de negocios—.

—Lo sé—. Con esa respuesta me confundí a un más.

—Entonces por qué vamos a la empresa?—.

—En realidad voy a ver a alguien—.

—Entonces está bien si me quedo, no quiero interrumpir nada—.

—Le recuerdo el contrato señorita Von?—.
Sentí un escalofrío recorrer por todo mi cuerpo al escucharlo llamarme así de nuevo, pero está vez lo dijo con un tono diferente. Se escuchaba tan demandante y tan frío.

—Quiero renunciar—.

—Lo que quieres es un aumento—. Comentó mientras se burlaba.

—Es lo que deberías darle al señor Li cuando volvamos, pero volviendo al tema. Estás bien con que vaya?—. Pregunté mientras me acercaba a el.

—Por supuesto—. Me dió un beso en la mejilla y comenzó a dejar besos húmedos por todo mi cuello. —Quieres que yo te cambie?—. Susurró a lado de mi oído.

—Por qué no empiezas por quitarme la ropa?—.

Se alejó de mí y se sentó en la cama.
—Ven—.

Hice caso y me acerqué a él. Sentí como volteó mi cuerpo dándole la espalda, el sentir como pasaba sus labios por todo mi cuello me hacía querer sentir más. Mordió mi cuello con delicadeza, lo que hizo que me estremeciera todo el cuerpo.

—Quítate esto—. Metió su mano a mi short y jaló el lastico de mis bragas soltandolo al instante.

Me quité las prendas de abajo, aventandolas hacia el otro lado de la habitación.
Lo único que tenía puesto ahora, eran calcetas largas y un suéter. Mi cabello estaba comenzando a molestarme, ya que lo tenía suelto.

Sacó su erección de su pantalón y comenzó a masturbarse, estaba ansiosa por sentirlo adentro de mí, que inconscientemente lleve mi mano hacia mi intimidad para poder estimular esa zona.

El se dió cuenta de lo que estaba haciendo así que azotó mi trasero con la palma de su mano.
—No te di permiso de tocarte—.

Solté un jadeo y mis piernas comenzaron a temblar, quería que lo metiera.

Tomó mi cabello y lo jaló hacia el.
—Cómo se dice?—.

—P-perdón—.

Alzó mi cuerpo y sin previo aviso, me dejó caer en su erección.
—Mgh—. Mordí mis labios a consecuencia del movimiento tan rápido. Sentí como me llenaba hasta adentro, estaba tan exitada que comencé a saltar encima de el.

Paraíso | Nanami KentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora