𝘟𝘝𝘐𝘐. 𝘚𝘰𝘳𝘱𝘳𝘦𝘴𝘢

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Nuevo día, estaba bien, me desperté con toda la felicidad y tranquilidad del mundo. ¿Qué podría salir mal?.

—Kento—.

—Sí?—. Contestó mientras alzaba la cabeza para poder mirarme. Estaba terminando de alistarme, quería ponerme un vestido pero, gracias a Kento no pude, tenía marcas a lo largo de mis piernas. Hacía calor, parecía el infierno.

—Vamos, se hace tarde—. Comencé a jalarlo del brazo para irnos.

Se empezó a reír después de verme hacer eso. —Tranquila, tenemos todo el tiempo del mundo—.

Salimos del apartamento y nos dirigimos hacia el ascensor para poder bajar.
Cuando llegamos a las puertas y presionamos el botón para que se abrieran, Kento tan solo soltó un suspiro pesado y le lanzó una mirada de odio a la persona que estaba a punto de salir del ascensor.

—Buenos días, sabías que vendría y te tomaste la delicadeza de venir hasta acá, por mí?—. Contestó Cesar mientras reía.

—Buenos días, muévete—. Kento saludó a cesar de manera fría y tomó mi mano para entrar junto conmigo al ascensor.

—Buenos días, Cesar—. Era un gusto saludarlo.

—Buenos días, __________—. Me saludó mientras entraba con nosotros al ascensor.

—Al parecer tu novio no está feliz de verme—. Volteé a mirar a Kento y sí, efectivamente no estaba muy feliz que digamos.

Claro que a mí también me causaría estrés el que llegue alguien y trabe mis planes, pero Cesar no era una molestia, al menos no para mí.

—A que vienes?—. Preguntó Kento.

—A saludar—. Le contestó con una sonrisa en su rostro, después dirigió su mirada a mí. —Te quedan bien éstos colores—.

—Gracias—.

Al escuchar el amable halago que me dió Cesar, Kento jaló mi cuerpo hacía el y pasó su mano por mi cintura.

Ahora Cesar estaba a nuestras espaldas.

—Cesar—.

—Dime—.

—Por qué no vienes con nosotros?—. Pregunté amablemente.

Kento solo me miró de reojo pero no noté alguna expresión de desagrado, tal vez por qué yo lo pedí.

Cesar dió un paso hacía adelante quedando a un lado de mi. —Veo que a ésta novia tuya le agrado, Kento—. Se dirigió hacía el y le sonrió. Me pregunto, ¿No le caerá muy bien a muchas personas o por qué hizo ese comentario?. —Será un placer poder acompañarlos, yo invito—.

—En serio?—. Pregunté mientras alzaba mi cabeza para poder mirarlo.

—Sarà un piacere—. Contestó en un idioma diferente, no sé mucho sobre idiomas pero al parecer se refería a que sí lo haría. Tocó mi cabeza y me regaló una sonrisa.

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Paraíso | Nanami KentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora