T2| 𝘓𝘐𝘝.

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Por fin se encontraban descansando, después de un largo y pesado día, lo único que querían, era dormír.

—Te vez cansado—.

—Ven—. Kento dió dos golpecitos al colchón con la palma de su mano invitando a que se acostara con el. —Quiero abrazarte mientras duermo—.

—Yo lo hago—. La joven se acomodó un poco más arriba, para qué al momento de abrazarlo, este pudiera recargar su rostro en su pecho. Un hábito que había adquirido la joven, era subir su pierna arriba de el, no sabía en qué momento esa acción se volvió tan necesaria para poder dormir.
—Duerme—.

Por un momento la joven pensó que se había quedado dormido debido al silencio, pero de la nada y casi en un susurro habló.
—Tambien tengo miedo—.

—Miedo?—. Preguntó un poco confundida.

—Si—. ¿Cuándo había sentido miedo?, Nunca. Esta era la primera vez que se sentía así, fue tanta su vergüenza al admitirlo que solo escondió su rostro en el busto de su amada mientras la abrazaba. —No quiero que me veas como un cobarde—.

—No lo hago—. Sentir su cuerpo cálido y tan pequeño, para el lo era todo. Era como estar en casa con tan solo rodearla con sus brazos.
—Por qué tienes miedo?. No es como si Yiyi o yo te pudiéramos comer—.

Soltó una pequeña risilla al escucharla decir eso y sin más, solo habló. —Y si no soy un buen padre?—.

Al escuchar eso, la joven no pudo evitar sentir un ligero nerviosismo y calor en su pecho, ella también tenía miedo de no saber ser madre o al menos ser la "mejor" para su bebé, pero si de lago estaba segura, es que al menos pondría todo de ella por qué así fuera y se cumplieran sus expectativas.
Tomó el rostro de Kento en sus manos y con delicadeza lo alzó para que pudiera encontrarse con sus ojos, esos ojos que aún no dejaban de mirarla con ese brillo y amor.
—Lo serás, está bien tener miedo. Si te soy sincera, también lo tengo, pero eso no significa que me tirare en una esquina a llorar—.

—No?—.

—Cállate—. Al menos esas sonrisas no las borraban de sus rostros. —Tienes que descansar, mañana tampoco estarás en casa—. Y así sería, tenía que ir a la empresa de nuevo.

—Puedo quedarme—.

—Estaremos bien, todo estará bien—.

—Estás segura?—.

—No confías en mí, Kento?—. Al no escuchar ninguna palabra, solo sonrió y contestó para ella misma. —"Si", "Gracias", "Por nada mi vida", "Buenas noches, descansa", "también tu, te amo", "también te amo—. Lo que le causó gracia a Kento, no fue lo que dijo, si no el tono de voz que utilizó para decirlo.

—Yo no hablo así—. Comentó entre risas.
Y antes de que pudieran volver a acomodarse para poder dormir, fue Yiyi quien interrumpió esta vez. El llanto rápidamente llamó la atención de los dos.
—Yo voy—.

—No, tu descansa—. La joven se levantó de la cama pero antes de eso, dejó un beso en la mejilla de Kento. —Duerme—.

—Estas segura?—.

—Sí, buenas noches—.
Salió de la habitación y se dirigió a la del bebé, posiblemente no dormiría toda la noche, pero al menos estaría con Yiyi en brazos, le gustaba sentir su olor y sentir su peso, era tan pequeño. —Hola—. Saludó de la manera más delicada a su bebé. —Hola, no llores, sí?—. Esto era nuevo, pero lindo. —Quieres dormir con papá?—. Al parecer la tranquilidad y silencio de Yiyi dijo más que su propio llanto, así que solo tomó el biberón y se aproximó hacia la habitación donde estaba Kento, aún estaba despierto.

Paraíso | Nanami KentoWhere stories live. Discover now