T2| 𝘓𝘐𝘐𝘐.

1.3K 142 79
                                    

—Sabes para quién trabajaba?—.

—No señor—.

—Averigua y tráeme los contratos—.

—Sí señor, disculpe...—. A veces era difícil hablar con Kento y más cuando se trataba de trabajo, siempre tan directo e inexpresivo. En este momento no se encontraba en casa, la empresa no puede dejar de atenderse. —El, el secretario Li—.

—Que pasa con el?—. Preguntó mientras llevaba un cigarro a su boca.

—Señor, me pidió que no lo dejara fumar—. Kento solo soltó un suspiro y tiró el cigarro al basurero. ¿Quién dijo que sería sencillo el dejar de hacer algo?. El calmaba un poco su nerviosismo e inquietud de esa manera, pero se había propuesto a dejar esa cosa.
—El secretario Li, volverá en algún momento?—.

—Por qué?—.

—Solo es una duda, señor—.

—No por un tiempo. Ahora, vuelva a su trabajo, neces—. Cuando iba a la empresa y se enfocaba en nada más que eso, en el trabajo, dejaba su celular en silencio, no le gustaba distraerse y mucho menos que lo distrajeran, pero en este momento, era casi imposible el no tenerlo constantemente en la mano. El teléfono interrumpió sus palabras y en cuanto miró de quién era la llamada, inmediatamente contestó. —Si?—.

—TIENES QUE CORRER, YA—. Habló Cesar alzando la voz, se notaba su preocupación.

—Qué pasa?—.

—Idiota, tu hijo va a nacer y yo no sé que hacer con tanta agua, le pongo un trapeador?—. Seguramente el idiota se refería a que se le había roto la fuente a... ella.

Antes de que pudiera contestarle, colgó el teléfono e inmediatamente salió de su oficina literalmente corriendo. Estaba preocupado, ansioso y bastante nervioso por la joven, pero también esa emoción de ser padre le invadía los sentidos. Los meses habían pasado rápido y junto con ellos, el cansancio y estrés se había acumulado, había ocasiones en las que ni siquiera sabía que hacer para poder sacarle una sonrisa a la joven, siempre estaba enojada o triste, ¿Pero que había de el?. Bueno, hablamos de un hombre sexualmente frustrado, estresado, enojado y muy, muy, muy cansado, pero no de ella, sí no por todo ésto. "Si tan solo hubiera un manual", eso era lo que pensaba.

Mientras conducía hacia casa, llamó una vez más a Cesar para confirmar el lugar en donde estaban, ahora se encontraban en dirección al hospital, definitivamente no iban a esperar a que el llegara. A Kento no le importó la cantidad de infracciones que estaría a punto de acumular en ese momento, giró el volante y se apresuró a llegar lo más pronto posible. No sabía que pensar, no sabía que sentir, que emoción elegir, que sentimiento tomar, los nervios le ganaban y junto con ello, la sensación de querer llorar, no sabía por qué, pero quería hacerlo.

 No sabía que pensar, no sabía que sentir, que emoción elegir, que sentimiento tomar, los nervios le ganaban y junto con ello, la sensación de querer llorar, no sabía por qué, pero quería hacerlo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Mierda, mi auto—.

—DEJA DE PREOCUPARTE POR TU ESTÚPIDO AUTO Y APÚRATE A LLEVARME—. Al parecer a Cesar en este momento, le importó más el desastre que había dejado ___________ atrás.

Paraíso | Nanami KentoWhere stories live. Discover now