T2| 𝘟𝘓𝘝𝘐𝘐.

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—Cesar—. Llamó a su nombre la joven mientras entraba a la habitación de Cesar. Estaba sentado esperando a que volviera Li.

—Cachorra—. Le extendió los brazos para que lo abrazara. —Gracias a d-agh—.

—PERDÓN, TE LASTIMÉ?—.

—No, pero hazte a un lado—. La movió un poco hacía un lado y la volvió a abrazar. —Ahi estás bien—.

—Te duele?—.

—Esto apenas si es un rasguño—.

—Un rasguño—. Replicó Kento mientras de reía y cruzaba sus brazos para recargarse en la pared. Cesar claramente recordaba las palabras que le dijo cuando pensó y sintió que estaba a punto de morir. Se avergonzó un poco al recordar que lo miró llorar pero.

—Lo que dije es verdad—. Comentó Cesar  dirigiéndose a Kento. El se refería cuando le dió las gracias por haberlo dejado ser su familia. Así que Kento solo asintió con la cabeza y le sonrió.
—Y tu, estás bien?—. Tocó la cabeza de la joven y entonces esta lo soltó.

—Si—.

—Bien—.
Por fin Cesar tiene eso que tanto buscaba.
Amor, una familia, un amante y sobre todo, hermanos que tal vez no eran de sangre, pero que significaban y valían mucho para el. Ahora Cesar es parte de una familia que demostró dar su vida por el si así fuera necesario.

La joven había ido a su habitación para cambiarse de ropa e irse del hospital, dejando solos a estos dos hombres

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La joven había ido a su habitación para cambiarse de ropa e irse del hospital, dejando solos a estos dos hombres. No era necesario que se quedara más tiempo, en cuanto a Cesar, el tenía que quedarse por algunas semanas.

—Habla—. Comentó Cesar.

—Qué quieres saber?—. Preguntó Kento mientras se dirigía al otro lado de la habitación para abrir la ventana y encender un cigarrillo.

—Como saliste tan rápido?—.

—Todo fue gracias a Li. Si no hubiera llevado los demás registros, audios y fotografías del negocio que tenía Park, me hubiera quedado más tiempo ahí adentro—.
Y realmente es así. Si no hubiera sido por las demás pruebas que ayudó a recopilar el señor Li, sumadas con las que ya le había dado Cesar, posiblemente Kento estaría en prisión, la joven en algún otro país y Cesar....
—Pero de igual manera. Aún qué esto ya haya acabado, los hermanos de frontera y los demás comenzarán a cuestionar ¿Quien se quedará con esta parte de Corea?—.

—Y que harás?—.

—Ya no quiero meterla en más problemas Cesar, eso lo sabes mejor que nadie—. Comentó mientras apagaba el cigarro y lo aventaba hacia afuera. —Así que estaba, no sé. Pensando en dejárselo a Haibara también—.

—Y por qué no te haces cargo tu?. Claro, dejando de lado el tener que estar presente en todo, puedes seguir encargandote de esta parte y que Haibara haga tratos—.

Paraíso | Nanami KentoWhere stories live. Discover now