𝘝𝘐𝘐𝘐. 𝘊𝘦𝘭𝘰𝘴

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Realmente era a mí a quien llamabas cuando te sentías solo?.
¿Después de llorar y terminar de drogarte, realmente era a mí a quien llamabas?.
¿Me odias?, ¿Me amas?, ¿Me quieres?.
¿Qué es lo qué quieres?.
¿Qué es lo que sientes?.

¿Cuándo bebias y terminabas borracho, era a mí a quién llamabas?.
¿Cuando tenías ganas de nada y estabas cansado, era a mí a quién llamabas?.
No, nunca lo hiciste.
Solo cuándo estabas enojado y excitado, era cuando me llamabas. Al parecer era solo un bonito accesorio, como me llamabas de "forma cariñosa".

Yo también quería conocer esa parte rota de tí, pero mi codicia me llevo a conocer tu peor lado, ese lado oscuro del que nadie habla cuando estás en una relación.
Los gritos, los celos, las peleas, todo eso me hiciste romantizarlo.
Me hiciste creer que era parte de tu "amor".

Pero cuando me dí cuenta de que eso no era normal, cuando todos me empezaron a advertir, qué en ese momento creí que solo querían destruir mi felicidad. ¿Qué fue lo que hiciste?, Mantuviste nuestra "relación" en secreto.

Mi ceguera hizo que no mirara las luces rojas, creí que lo hacías para cuidarme, pero solo me hundias aún más.
Siempre estabas en mi cabeza, te amaba.
Tú no lo hacías, no lo hacías.

Espero y algún día te des cuenta de cuan mal estás, yo, me libero de tí.
Gracias por los buenos momentos, que realmente fueron contados. Me quedo con lo mejor de esa relación, bueno, de ese intento de relación y también me quedo con la experiencia, para no tener que volver a pasar por lo mismo, no te deseo mal.
Pero espero y algún día alguien sea tu Karma.

Pero espero y algún día alguien sea tu Karma

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—Que hacés?—. Kento había ido a la cocina para traerme un vaso con agua, mientras yo terminaba de asearme.
No se cuanto tiempo dormí, pero si no llegaba antes de la 1 de la tarde, iba a tener serios problemas.

—Me cepillas el cabello?—. Pedí mientras tomaba el vaso con agua.

Alzó las cejas he inclinó su cabeza de lado, como si estuviera preguntando "¿qué más?"

—Por favor—. Pedí con una sonrisa mientras le entregaba el cepillo para que lo hiciera.

—Sientate enfrente de mí—. Tomó el cepillo y se sentó en la cama.

—Tengo que llegar antes de la 1, puedes llevarme a casa?, Te veré allá cuando regrese—. Refiriéndome a la empresa, hoy tenía una sesión con dos modelos de mi edad, sabía que iba a ser algo relajado, pero igual, éste tipo de sesiones con marcas importantes, no se pueden tomar a la ligera.

—Está bien, pero yo subiré contigo. Te espero y nos vamos—.

—Kento—. Llamé su atención y me levanté de la cama para mirarlo de frente. —No soy una niña, puedo cuidarme sola. Ayer ni siquiera esperaba que el estuvi—. Interrumpió levantándose rápidamente de la cama.

Paraíso | Nanami KentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora