T2| 𝘟𝘓𝘝𝘐𝘐𝘐.

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—Qué haces ahí?—.
Preguntó la joven mientras salía secándose el cabello. Pensó que lo encontraría dormido o recostado.

—Ven, te ayudo—. Se levantó de la orilla de la cama y se dirigió a uno de los muebles para sacar la secadora. —Pensé que tardarías años en salir—. Comentó mientras la joven se sentaba en la orilla de la cama para que le secara el cabello.

—Me sentía mal—.

—Y por qué no me hablaste?—.

—Por que pensé que estabas dormido—.
Realmente no era por eso, como siempre, ella tenía esa mentalidad de "Si pude valerme por mi misma cuando estaba sola, ahora puedo seguirlo haciendo". Muy egoísta su pensamiento pero no quería ser codependiente de el, al parecer no entendía que el tener un poco de apoyo no es depender de alguien, pero claro, nunca lo tuvo así que por eso no sabía cómo se sentía el ser cuidada, apoyada o al menos, el sentir que podía sostener la mano de alguien sin que ese alguien le pidiera algo a cambio.
Si, llevaba ahora más de casi 9 meses de relación con este hombre, pero tenía miedo de ser una carga para el.

Kento apagó la secadora y la dejó arriba del mueble y pensó que ese era el momento para hablar con ella, ahora que estaba tranquila y relajada. Soltó un suspiro y tomó el valor suficiente como para hablar de ese tema, era raro para el el sentir esos nervios al momento de hablar con ella, las únicas veces en las que se sentía nervioso era por el trabajo, no por alguien realmente.
Esto era nuevo para el también.

—_____________—.

—Me vas a regañar?—.

—Qué?. No, por qué tendría que hacerlo?—. Preguntó confundido.

—Nunca me llamas por mi nombre—.

Soltó una pequeña risa y se sentó en la cama con las piernas abiertas para que ella se sentara en medio de el.
La abrazó mientras recargaba su frente en el cuello de la joven y soltó un suspiro. Claramente eso llamó la atención de ella.

—Puedo preguntarte algo?—.

—Si, acepto—. Contestó la jóven mientras posaba sus manos por encima de las de Kento quién las tenía en su vientre.
Volteó hacia un lado para poder darle un beso en la mejilla y volver a mirar hacia el frente. Kento solo sonrió dejó un beso en el cuello de la jóven.

—No es eso pero me alegra que tú respuesta siga siendo "acepto"—.

—Entonces que es?—.

Ni siquiera sabía por qué su pecho comenzó a dolerle, como si su corazón estuviese siendo golpeado, pero sin más solo soltó la pregunta tormentosa. —Qué relación tenías con Park?. Por qué dijo que eras suya?—.

Al escuchar eso la jóven se tensó y comenzó a ponerse nerviosa. —Ninguna—.

—Entonces por qué diría eso?—.
La joven se levantó inmediatamente e intentó salir de la habitación, no quería hablar eso y sobre todo, le daba miedo que al enterarse de lo que pasó, Kento se sintiera incómodo o asqueado.
—A dónde vas?—.

—A la cocina—.

—Primero respóndeme, es tan difícil hacerlo?—. Comentó mientras la sostenía de la muñeca.

—Si—.

—Solo dime qué era a lo que se refería, que pasó con el?—.

—Yo no quiero hablar de eso—.

El impulso por pararse enfrente de ella y mirarla al rostro le hizo darse cuenta de que había comenzado a llorar. La mente de Kento empezó a generar ideas y posibles razones, pero no quería que el enojo lo cegara una vez más, así que levantó el rostro de la joven entre sus manos y limpió las lágrimas que rodaban por su mejilla.
—Que pasa?—. Preguntó de manera baja y tranquila mientras agachaba su cabeza para poder darle un beso en la mejilla.

Paraíso | Nanami KentoWhere stories live. Discover now