"Sentirte dentro de mi alma, es como tocar el paraíso"
Un amor nuevo, sincero y emocionante toca la puerta de su corazón, pero ella vive con temor de volver a tener la misma sensación de soledad y miedo.
Ella era feliz con su primer amor, aquel jove...
—Sí—. Acercó mi cuerpo a el y me abrazó por la cintura, recargando su rostro en mí vientre. —Que dices?—.
—Kento—. Llamé su atención y me solté de su agarre. —Yo, yo creo que estás decidiendo muy rápido todo esto, no crees?—.
—Por qué?—.
—Por qué ni siquiera estás seguro de querer hacerlo—.
—Entonces por qué crees que te estoy pidiendo ésto?—.
Ni siquiera podía darle una respuesta correcta y mucho menos una excusa.
—Pero—. Esto estaba haciendo que mis sentimientos otra vez se vinieran abajo.
—_________, acompáñame un momento a fuera—. Salimos de la oficina, estaba ansiosa por lo que estaba por decirme, pero realmente estaba más preocupada que ansiosa.
—Director, ah, disculpe, pero es importante que se presente en la sala de juntas—. El señor Li apareció frente a nosotros en cuanto abrimos la puerta.
—Ya están aquí?. Tan pronto?—. Preguntó Kento, al parecer esperaba a otras personas. —Entretengalos un momento, estoy ocupado—.
—Señor, pero, de verdad es importante—. Contestó el señor Li, ya estando algo, preocupado.
Me miró y soltó un pesado suspiro. —Vamos—. Se dirigió hacía el señor Li. Eso hizo que se despreocupara y se fuera. —Cuando vuelva, hablamos—. Se acercó a mi oído y susurró.
Mientras se iban hacia la sala de juntas, yo me dirigí al estudio. No sé cuánto tiempo tenían esperándome.
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Terminamos la sesión y comencé a sentirme un poco cansada, el estar cambiando las cosas de lugar, el estar yendo y viendo una y otra vez, del estudio hacía el lugar donde se haría la sesión. Todo se volvió demasiado pesado.
Solo quería tomar mis cosas he irme a casa.
—________, mañana—. Se acercó Ryomen y me ayudó a levantar las cosas que tenía que guardar en una de las cajas de utilería. —Tienes tiempo en la noche?—.
—No lo sé, mañana es Sábado, así que iré con mamá un rato—.
—Pero eso será en?—.
—En la mañana. Necesitas algo?—. Éste hombre nunca se iba a rendir, desde que me encontré con el en la cafetería, pude sentir que realmente había cambiado algo en el, pero igual no me confío. Siempre es lo mismo.
—Me preguntaba si quisieras ir conmigo a cenar, tal vez puedas—.
—Ryomen, no me lo tomes a mal pero—. No me dejó terminar y solo dejé la caja en su lugar mientras esperaba a que terminara de decirme lo que sea que tenía que decir.
