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Park cargó el arma y apuntó hacia la cabeza de Cesar, pero antes de que pudiera disparar, Kento se acercó por su espalda y le arrebató el arma arrojándola hacia las escaleras. Mientras Cesar se preguntaba si realmente era el, comenzó a arrastrarse hacia el pie de las escaleras y trató de levantarse. Con dolor presionó un poco más su herida para detener el sangrado pero era imposible.

Mientras escuchaba como Kento y Park rompían cosas a su paso a la vez de intercambiar golpes, subió las escaleras y se dirigió hacia una de las habitaciones pero antes de eso, tomó el arma de Park.

Abrió la primera habitación y no encontró nada pero un llanto hizo que llamara su atención y de dirigiera hacia la última habitación del segundo piso, en cuanto abrió la puerta miró al hombre que estaba a punto de desvestirse y a la joven encadenada. En ese momento pareciera que la fuerza de Cesar volvió a su cuerpo. El hombre se giró para revisar quién había entrado de tal manera pero ni siquiera alcanzó a voltear totalmente su rostro cuando sintió como lo aventaron hacia uno de los espejos. El cristal se rompió y el hombre cayó al suelo, Cesar comenzó a golpearlo en la cara mientras lo maldecia una y otra vez, pero el dolor en su abdomen y ahora estómago lo frenó. Tomó el arma y le disparó tres veces en la cabeza.

Se levantó con dificultad y pudo ver qué la jóven no estaba conciente de lo que estaba pasando. —Perdoname por favor, perdón, perdón—. Comentó mientras tomaba su cuchillo y abría el candado con el que estaban enlazadas las cadenas. Tomó la sábana de enrolló a la joven con ella para cargarla y salir de ahí.

Kento tomó del cuello a Park para intentar asfixiarlo pero éste hombre tenía una característica muy especial, siempre jugaba sucio y atacaba como cobarde

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Kento tomó del cuello a Park para intentar asfixiarlo pero éste hombre tenía una característica muy especial, siempre jugaba sucio y atacaba como cobarde. Tomó uno de los cristales que estaban tirados por el piso y logró cortar a Kento del rostro. Eso hizo que lo soltara y Park tratara de correr hacia el borde del barco pero Kento no lo dejó.

Ahora estaban fuera peleando por quién mataba a quién.
—Si, si piensas que voy a dejar que me mates estás equivocado mocoso—. Comentó Park mientras se limpiaba la sangre de la boca.

Kento se acercó a el para poder golpearlo pero Park se quitó y lo tomó del brazo. Y como si no fuera suficiente, estrelló su cabeza contra la esquina de uno de los bordes de la mesa haciendo que Kento quedará atontado por dicho golpe.

—Me qui-quitaste plaza, lugar y sobre todo a esa puta a quien llevaba buscando durante mucho tiempo—.
Kento trato de levantarse pero Park le soltó una patada en el rostro y otra en el abdomen. —Qué más piensas quitarme. Yo soy el—. Ni siquiera pudo terminar su oración cuando sintió como Kento le encajó un cuchillo en el abdomen haciéndolo caer al suelo.

—el más grande hijo de perra que he conocido en mi vida—. Terminó de decir Kento y le encajó el cuchillo en el pecho.

Para asegurarse de que no pudiera levantarse una vez más, empujó con su pie el cuerpo de Park más a la orilla haciéndolo caer al mar abierto.

Paraíso | Nanami KentoWhere stories live. Discover now