Paraíso | Nanami Kento

𝘟𝘟𝘐𝘐. 𝘈𝘳𝘳𝘦𝘨𝘭𝘢 𝘵𝘰𝘥𝘰

—Te diré una sola cosa, ese hombre no hace más que preocuparse por una niña tan estúpida como tú, todo lo que sabes hacer, es llorar?—.
Me quedé callada por tales palabras. Me sentí tan mal que ni siquiera una palabra pudo salir de mi boca.
—No eres una niña. Madura y enfrenta tus putos problemas. Si lo hizo, bien, el se lo pierde, tomas tus cosas y tu dignidad y sales como la gran mujer que eres, fuerte y valiente, no agaches la cabeza. Y sí no, entonces discúlpate por actuar como una niña estúpida que sale corriendo sin escuchar antes. Deja de imaginar cosas, deja de perder el tiempo ahogandote en tu pasado de mierda. Sí, en el pasado te engañaron cuántas veces, pero estás en el presente, despierta de una puta vez—.
Encendió el auto y se dirigió directamente hacia el apartamento. —Ahora, cuando lleguemos, vas a bajarte, vas a subir y vas a entrar y arreglaran las cosas. Escucha primero antes de hacer éste tipo de estupideces. Yo no pienso explicarte nada—.

Me quedé callada durante todo el camino hasta llegar al apartamento otra vez.
No sabía por qué me estaba hablando de esa manera, pero de alguna forma, me dió calma.

Llegamos y lo único que hizo fue decirme "Escucha antes de actuar" y me bajé, subí directamente por el elevador y me dirigí hacia la puerta en cuánto salí de el.
No quería entrar y mirarlo a la cara.

Al entrar, me dí cuenta de que estaba en el sofá mirando hacia la ventanal mientras fumaba.

—Sientate—. Solo escuché como me ordeno que lo hiciera pero no hice caso y me dirigí directamente hacia la habitación.

Se levantó rápidamente del sofá y me tomó de la mano.

—Sueltame—.

—No, te vas a sentar y vas a escuchar lo que voy a decirte—. Su voz en ese tono tan demandante, no solo hacia qué me sintiera intimidada.

—Qué vas a decirme?. Qué no querías hacerlo y que solo pasó por qué fue un impulso?—.

—Primero. Que estupideces están saliendo de tu boca?. Escúchame y siéntate—.

—Qué me sueltes—. Me safe de su agarre y seguí caminando hacia la habitación, pero eso no fue impedimento para el. Me cargó y me llevó directamente a la habitación y me aventó a la cama. —No quiero hablar contigo, lárg—.

Me interrumpió besándome de manera brusca, sentí como de abalanzó hacia a mí y me tomó del rostro a la fuerza. Comencé darle manotazos y a empujarlo pero fue en vano mi esfuerzo, jaló su corbata y me ató las manos por arriba de la cabeza.

—Quieras o no, me vas a escuchar—.

De nuevo se acercó a mí y comenzó a besarme, nunca lo había sentido con tanta urgencia. Sentí que literalmente me estaba comiendo la boca. Comenzó a tocarme de manera brusca por todo el cuerpo en lugares que el sabía que me gustaban, dejé de forcejear y comencé a dejarme llevar.

El sentir sus dedos comenzar a recorrer sus dedos entre mi intimidad, me hizo sentir tan extasiada que comencé a jadear entre su boca, quería más, quería sentirlo dentro.

Sacó su mano de mi short y acercó su frente a la mía, se detuvo un momento y sentí como frunció el seño.
—Crees que podría estar con otra mujer que no fueras tú?. Por favor no vuelvas a hacer eso—. Refiriéndose a como salí corriendo.

—Pero—.

—Yo sé, se a que te refieres y no es lo que tú piensas—.

—M-me puedes soltar?—.

—Realmente quieres que te suelte?—.
Preguntó en un tono bastante bajo mientras se acercaba a mis labios para besarme.
Sentí como comenzó a bajar mi short junto con mis bragas. Estaba comenzando a impacientarme.